La equidad está en el corazón de todas las propuestas, los proyectos y los procesos que impulsamos desde el Ministerio de Educación Pública (MEP). Las metas trazadas responden a un compromiso superior asumido por el Gobierno: combatir la pobreza y reducir la desigualdad.
En consonancia con los grandes compromisos de esta administración, definimos la innovación en los procesos de enseñanza y aprendizaje a partir de la incorporación de tecnologías móviles como una orientación estratégica. Es imposible pensar en una educación equitativa y de calidad sin democratizar el acceso a los recursos tecnológicos.
Trabajamos para atender a los sectores más pobres. Por lo anterior, y por el esfuerzo de coordinación interinstitucional que venimos desarrollando para optimizar el presupuesto y llegar a las zonas geográficas más alejadas y vulnerables, nos desconcierta el editorial de La Nación , “Los más pobres pagan” (23/5/2015), donde se afirma que “las necesidades de las escuelas rurales –y por ende de sus estudiantes– ocupan uno de los últimos puestos” en las prioridades gubernamentales para este año.
Causa desconcierto porque, desde el año pasado, propiciamos el fortalecimiento de nuestra relación con la Fundación Omar Dengo (FOD), más estratégica y articulada, para elevar el impacto del trabajo conjunto y, en el 2015, minimizar las consecuencias del recorte presupuestario que se discute en la Asamblea Legislativa.
El presupuesto de la FOD (¢14.383 millones) se complementa con los recursos y los proyectos que administra la Dirección de Recursos Tecnológicos en Educación del MEP (más de ¢1.600 millones) y, por supuesto, con las oportunidades de cobertura y equipamiento, sin precedentes, que nos ofrecen los programas financiados por Fonatel: más de $111 millones (unos ¢60.000 millones) para las comunidades educativas de zonas rurales.
Con la consolidación del Programa Nacional de Tecnologías Móviles para la Educación, Tecno@prender, dotaremos de equipo y conexión de Internet a 782 instituciones en el 2015. Se trata de escuelas y colegios ubicados en zonas de menor desarrollo social, incluidos los 75 distritos de atención prioritaria identificados por el Gobierno. Esta lista se complementa con el inventario de centros beneficiarios de los programas ejecutados por la FOD.
Sorprende, además, porque el editorialista califica el recorte como una “distorsión de prioridades por parte del Ejecutivo”, haciendo a un lado la información que, oportunamente y de forma responsable, presentamos al país al defender el creciente presupuesto de la FOD y del MEP.
Ante la apremiante situación fiscal, se autorizó un ajuste en el presupuesto de la FOD para el 2015. A pesar del recorte de ¢2.000 millones en la partida “adquisición de equipo de cómputo para I y II ciclo”, el presupuesto de la FOD creció en el 2015 un 13,6% en comparación con el año anterior. Esa misma partida registra este año un crecimiento de un 52,6% en relación con el 2014, al pasar de ¢4.925 millones a ¢7.516 millones. Para el 2016, trabajamos en un presupuesto con los escenarios más ambiciosos –metas– propuestos por la misma FOD.
Cuesta dimensionar la inversión que recibirán las comunidades educativas de las regiones más vulnerables durante la presente administración. Después de cuatro años, las diferentes instituciones involucradas en el proceso lograron ponerse de acuerdo y definir el destino de los recursos. Dos de los cuatro millonarios programas en ejecución impactan de forma directa los centros educativos.
Un programa destina casi $99 millones (más de ¢53.200 millones) para llevar conexión a 2.000 centros educativos en zonas rurales, casi el 40% del total de instituciones públicas en todo el país. Otro programa invertirá casi $13 millones (más de ¢6.900 millones) en la adquisición de 25.000 equipos que serán distribuidos en escuelas y colegios de las regiones de menor desarrollo.
Las cifras son contundentes. “Tecno@prender”, FOD y los programas financiados por Fonatel, todos orientados por los principios de equidad, solidaridad y calidad, son respuestas concretas, complementarias, igualmente valiosas y necesarias, para reducir la brecha tecnológica. En nuestras decisiones prevalece el análisis serio y responsable, la coordinación, el trabajo interinstitucional y el esfuerzo de una administración comprometida con quienes más lo necesitan.
Sonia Marta Mora Escalante
Ministra de Educación Pública