“El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos”, reza un verso de Neruda… pero lo mío va por otro lado… Mi peluquero me corta el pelo (el que me queda, y, por eso, me cobra barato) y me recorta la barba (florida es poco) en Montes de mi Macondo. Su negocio se llama “Rex” y me señala que su padre lo abrió en 1959…
¿Qué? ¿Otro producto i-rex? Con el latín de mis recuerdos, decodifico: “rey”. ¿Pero cuál? “¿Sigo siendo el rey” (con dinero o sin dinero), una marca de café, de cigarrillos, un cine en San José (como en tantas ciudades)? También hubo aquel cantante-rey, Michael Jackson… y en Alajuela hay una gasolinera “Rex”. Todo eso y más… mucho más profundo. Ese “Cristo” de Sabanilla ¿es solo un punto de referencia? Aquel monumental monumento en medio de Montesacro ¿representa tan solo un montaje escénico?
Para muchos, es un faro que orienta…: tiene su fecha anual el último domingo del año litúrgico, previo al Adviento. Es vital que alguien o algo nos rija en la vida. Lo sugiere el diccionario. “Rex” y “regir” se remontan al latín regere , de “dirigir”, “guiar”. Pasa que, empujados por un creciente nihilismo y relativismo, todo “nos resbala”. Constituye una elección nada anticuada: al contrario, en el contexto contemporáneo, convulso como pocos, la podemos actualizar y contrastar con el criterio de esa gente que pretende resucitar un califato, con todo lo que tiene de degradante para hombres y mujeres libres. Escojamos y defendamos antes de que sea tarde.
Otro desvío colosal fue el del “rexismo” que aquí, en tiempos de León Cortés, tuvo su resonancia: Ivonne Clays y su marido, el Dr. Calderón Guardia, lucharon contra este desvío del catolicismo que, con la excusa de luchar contra el comunismo, se alió con el fascismo… En Costa Rica, invitado por la pareja presidencial, estuvo un tiempo aquel Paul van Zeeland, que, en 1937, le había ganado la batalla electoral a Léon Degrelle, el aliado de Hitler en Bélgica. Fue excomulgado y desterrado.
Me suena todavía en la oreja aquel “ Christus vincit , Christus regnat , Christus imperat ” que cantaba mi madre a veces. Se remonta, nada menos, que a la gloriosa batalla naval de Lepanto de 1571, en la que una poderosa Armada europea, cristiana, derrotó a los turcos: Cervantes estuvo en esa lucha… que sigue todavía.
En fin, frente a la “bastardización” y la banalización de todo, valores éticos incluidos, en que nos sumergen, evoco una opción real de vida. Vengo de un congreso en Polonia, país hasta hace poco “en sándwich” entre el fascismo hitleriano y el comunismo de Stalin y Jaruselski. Es la tierra de Juan Pablo II, donde grandes capas de la población viven con toda intensidad esa herencia “real” de siglos. Pero en Costa Rica, también república democrática, valen las preguntas: ¿defender cierta monarquía en un medio claramente republicano? ¿Es realista vivir sin este rey aludido? Usted decide. Vuelvo a mi peluquería “Rex”: como en todo negocio de esos, hasta hace poco había un “asentador”, faja de dos tipos de cuero (uno, algo grueso; otro, más fino, amarrado al asiento para sacar filo a la navaja). A riesgo de defender “antiguallas”, en la figura divina evocada me permito también una interpretación trascendente de ese “asentador”.