La situación nada alentadora de Racsa puesta evidencia por LaNación el pasado 28 de mayo es la mejor prueba de los diversos fallos que atraviesa la empresa y que, aparentemente, no logran resolverse por más dinero que el ICE le inyecte.
Los problemas trascienden la parte económica para la subsidiaria del ICE. La lentitud con la que opera, la paupérrima comunicación con los clientes por los nuevos canales comunicativos como lo son las redes sociales, no son más que puntos en su contra que hacen e incitan a los potenciales clientes a buscar otras opciones.
El problema de Racsa es algo que abarca muchas áreas, pero que, difícilmente, parece irse solucionando. A simple vista, es una empresa sin rumbo, sin pies ni cabeza y que está, como popularmente se dice, de “mirame y no me toqués”.
Mala comunicación. Quizá este sea el mayor problema que le aqueja actualmente, dejando de lado la pérdida de clientes. Tanto a nivel interno como a nivel externo, la comunicación apunta a ser mala, e impide a empleados y clientes saber con certeza qué sucede en situaciones, por ejemplo, en las que el servicio está caído.
Un ejemplo de ello: cuando el ICE realizó mantenimientos en las conexiones ADSL y en el soporte técnico de Racsa nadie sabía nada por lo que hacían reportes como si fuere un problema de la conexión del usuario en particular y no algo general, ofreciéndoseles entonces, respuestas inexactas y erróneas a los usuarios.
A esto súmesele el pobre manejo de redes sociales, indigno de una empresa de telecomunicaciones. Una actitud totalmente hermética, irrespetuosa para con los clientes y poco favorable para la empresa misma. ¿Es lógico que ante una consulta o inquietud por una situación negativa la respuesta sea el bloqueo y silencio sepulcral en su página de facebook? ¿Tiene sentido que se brinde poca o ninguna información por estos medios?
Me surge la inquietud: ¿cómo pretenden atraer clientes con una actitud de hermetismo y poca interacción, mientras que competidoras como Cable Tica y Amnet van en la dirección opuesta? Difícilmente podría dar respuesta a esto, pero el panorama parece ser alentador' para la competencia sedienta por nuevos clientes.
Además, resulta casi inexplicable que, según palabras del propio agente de soporte técnico, en las noches de los fines de semana, únicamente se deje a una persona atendiendo la línea de asistencia técnica 800-Navegar y, por ende, la espera se vuelva eterna.
La falta de visión comercial le ahoga, la burocracia le asfixia. Se necesita un cambio en Radiográfica, en donde esté a la altura de sus actuales y futuros competidores, y no en una situación de tigre suelto contra burro amarrado.