La Ley Orgánica del Ministerio de Justicia y Paz establece que esta institución será la encargada de coordinar todos los programas y proyectos oficiales vinculados directa o indirectamente con la prevención de la delincuencia, así como desarrollar y administrar aquellos orientados a la prevención del delito. El viceministerio de Justicia y Paz, asumiendo esas competencias, ha propuesto el Plan Nacional de Prevención de la Violencia y Promoción de la Paz Social, y está trabajando en los siguientes programas.
Protección especial de la niñez y la juventud, y promoción de familias fuertes y saludables. Se procura el mejoramiento de la convivencia en centros educativos y la promoción de programas culturales, artísticos, recreativos y deportivos para los jóvenes excluidos de la educación. Asimismo, se trabaja en la promoción de la Red Nacional de Jóvenes para la No Violencia y el fortalecimiento de la paz y la convivencia en las familias.
Fortalecimiento de las capacidades de los gobiernos locales y de las comunidades mismas para la prevención de la violencia. El liderazgo del gobierno local es un elemento clave para el éxito de los programas de prevención. Con esta idea se promueve la conformación de Comités Locales de Prevención de la Violencia y Promoción de la Paz Social, se están elaborando mapeos de actores, diagnósticos y sobre todo de Planes Locales de Prevención. Se trabaja en la recuperación de espacios públicos para la convivencia y la vida comunitaria y en la promoción de espacios seguros y dignos, con capacidad de generar oportunidades a la comunidad, en especial a los jóvenes, para tener actividades culturales, artísticas, deportivas y recreativas.
Comunicación para la paz. Los medios de comunicación pueden ser aliados importantes en la promoción de la cultura de paz. Para buscar una alianza estratégica, se trabaja en talleres de trabajo y sensibilización con reporteros, jefes de redacción y otros actores de los medios de comunicación de masas, se procura la generación de buenas noticias para fortalecer la idea de la prevención, el desarrollo de campañas nacionales y locales de comunicación para la paz, entre otras acciones.
Desarmando la violencia. El Estado debe emprender acciones para desestimular la tenencia y posesión de armas por cuanto estas constituyen un factor de riesgo que ocasiona un alto porcentaje de muertes violentas y lesiones. Con este convencimiento, nos hemos abocado al análisis del problema de las armas de fuego, en lugares públicos y centros educativos por medio de materiales audiovisuales y charlas dirigidas a la población docente y estudiantil. Por medio del programa “¿Armas? No ¡Gracias!”, que consiste en intercambios de juguetes bélicos por implementos deportivos, cuadernos, camisetas y material informativo, procuramos la sensibilización de la niñez sobre los riesgos y peligros de las armas.
Resolución pacífica de conflictos. El Estado costarricense ha asumido el compromiso de garantizar espacios de asesoría especializada y gratuita a nivel local para la resolución pacífica de las disputas y controversias que puedan suscitarse entre los miembros de la comunidad, mediante la aplicación de herramientas tales como la negociación y la mediación. La instalación de casas de justicia en nuevas comunidades y cantones del país, el fortalecimiento de las que ya funcionan y el desarrollo de talleres de capacitación y sensibilización a estudiantes, gobiernos locales y comunidades, son acciones encaminadas al logro de esta meta.
Red de paz. Promover la participación activa de la sociedad civil como actor del mejoramiento de las comunidades, se convierte en una oportunidad para generar un impacto positivo en la paz social del país. Para ello trabajamos en el fortalecimiento de la red de paz por medio de la organización conjunta de actividades entre la sociedad civil y las instituciones de Gobierno, la capacitación a las ONG en muchos temas de prevención y la participación activa dentro de los programas institucionales de promoción de la cultura de paz.
En los meses que llevamos trabajando en estos programas hemos logrado avances significativos en algunas áreas. Queda mucho por hacer y nuestro compromiso es grande. Pero, para lograr que nuestra sociedad retome la forma de vida más pacífica y solidaria de antaño, necesitamos el apoyo de todos los ciudadanos y su activa participación. Hay que tomar conciencia que en la lucha contra la delincuencia y la inseguridad, la prevención y la promoción de la paz social son componentes fundamentales.