Casi todo es un regalo. El mero hecho de estar aún aquí leyendo estas líneas, respirando un aire viable con un organismo racionalmente funcional.
El poder observar las hojas tintadas de sol un día cualquiera mientras ondean al viento que hormiguea delicado en nuestras caras. Reconocer a aquellas personas que abrieron puertas cuando se cerraban las posibilidades como cielo de tormenta.
Mi madre solía decirme con insistencia que es de bien nacidos ser agradecidos. Si somos creyentes, primero demos gracias a Dios, los agnósticos a su duda perenne y los ateos cuentan con su humanidad.
Nadie está excluido de la matemática de la retribución, al fin y al cabo ningún ser humano es una isla como bien señaló el poeta y clérigo anglicano John Donne.
En el arrecife de las circunstancias, todos necesitamos alianzas y compañía para el trayecto. No en vano los pragmáticos romanos sentenciaron: quid pro quo, aunque nadie duda de que es hermoso dar sin recibir nada a cambio, y lo contrario también.
Lo primero es tomar conciencia y despertar la memoria, hacer una lista de gente y vivencias que nos han permitido ser quienes somos y llegar hasta el día de hoy.
La gratitud no empobrece, sino que multiplica su efecto gratificador cuando es sincera, por eso no hay que temerle, sino alentarla, aunque suele alejar a quienes han sido irremediablemente doblegados por su propio ego.
La medida del tiempo no cesa e inexorablemente seremos, a lo sumo, un recuerdo si tenemos algo de suerte, por eso al hoy, como la vida misma es un don, se le llama presente.
El agradecer es una actitud, no tanto solo una emoción cuando las cosas van bien. Es un recordatorio del optimismo como bandera, por lo tanto una elección de forma de vida.
Tener gratitud nos conecta vitalmente con la esencia de todo lo que es bueno y vale la pena preservar; es en realidad una mezcla de bondad e inteligencia.
Por mi parte, mil gracias Dios por todo lo vivido, gratitud sincera a quienes me he encontrado en el camino, existen lecciones que he aprendido, como dijo Amado Nervo: vida nada me debes, vida estamos en paz.
El autor es abogado.