Es bien sabido que Costa Rica es un semillero de artistas plásticos, músicos, actores, bailarines, etc. En muchas ocasiones, estos artistas no tienen la posibilidad de mostrar su arte, por lo que no les queda más opción que presentarse en zonas peatonales de la ciudad. Sin embargo, de acuerdo con la queja de varios músicos, la Municipalidad de San José no les permite interpretar su música en los bulevares de la capital.
Aparte de lo agradable que es escuchar música en vivo cuando se camina por San José, esta es la manifestación artística más representativa de una ciudad que se precie de ser educada y culta.
Un derecho humano. Para no permitir dichas expresiones musicales, el municipio se escuda en un supuesto reglamento, pero, al parecer, no hay normativa alguna que prohíba o regule tales actos culturales en las calles. Al contrario, el Código Municipal menciona, en el capítulo II, artículo 17, referente a las obligaciones del alcalde municipal, que este debe presentar un programa de gobierno al Concejo, contemplando en él los derechos humanos de los ciudadanos, los cuales se basan en los principios de igualdad y no discriminación.
El municipio debe crear los espacios necesarios para que todas las personas puedan ejercer sus derechos, sea en espacios públicos o privados, y considerar las demandas de la población.
Esto significa que también las actividades culturales en la calle son un derecho humano del ciudadano. El artista tiene derecho a mostrar su arte y los transeúntes a cultivarse y entretenerse.
Aunado a lo anterior, en la reforma al Reglamento para el Control de la Contaminación del Ruido, publicado en La Gaceta el 12 de febrero del 2013, el considerando 5.° hace mención al derecho que tiene la población costarricense de gozar de una buena salud mental mediante la recreación, la cual incluye actividades culturales y deportivas.
De ahí la importancia de promover estas actividades en sitios de concentración pública, como plazas, parques y estadios.
El artículo 23 bis de dicho reglamento dice: “Con relación a los eventos culturales, musicales y deportivos que se realicen en sitios de concentración pública, los niveles de sonido aceptados en el período diurno se extenderán hasta las 22 horas”. Esto quiere decir que los grupos culturales y musicales que se presentan en los bulevares están a derecho.
Es importante mencionar que el Plan Regulador Urbano de la Municipalidad de San José no hace referencia alguna a si están prohibidas o no las actividades culturales independientes en los bulevares de la ciudad.
De igual forma, en el Reglamento de Ventas Ambulantes y Estacionarias, el artículo 7 dice que el municipio puede otorgar permisos temporales a criterio de la administración para actividades como ferias, eventos culturales, artesanales y promociones de editoriales.
De lo anterior, podemos se colige que es cuestión de nada más voluntad el otorgarles los permisos para los músicos.
Durante mi gestión como director de Cultura de dicha Municipalidad, siempre me preocupé por apoyar al artista costarricense, y le di el lugar que merece, por lo que siempre apoyé a quienes deseaban brindar su arte en la calle, y autoricé así a músicos a tocar en los bulevares, plazas y parques. Para ello notifiqué a la Policía Municipal.
Solo era necesario presentar a dicho cuerpo p una nota firmada por mi para otorgar la autorización.
Así pudimos disfrutar, en su oportunidad, de la marimba San José, de grupos de música andina y estudiantes de música de las universidades.
Lastimosamente, ya no existe la Dirección de Cultura de la Municipalidad de San José. Ahora es el Departamento de Servicios Culturales, disminuido en su autonomía y jerarquía administrativa; sin embargo, pese a esto, dicha dependencia podría buscar la forma de ayudar a estos artistas.
Como mencioné antes, es cuestión de voluntad. ¿No les parece que sería hermoso escuchar unos violines interpretando, por ejemplo, Las cuatro estaciones , de Vivaldi, en alguno de los bulevares de San José?