La exigencia en una empresa o cualquier actividad industrial de poner en práctica los conceptos de misión y visión es de gran importancia. No podemos progresar en el campo de los negocios si no nos definimos claramente y no vislumbramos el futuro: el mercado donde nos desarrollamos y el camino que acarrea la sociedad moderna.
Estas valoraciones substanciales para la empresa privada no son exclusivas de las mismas, se pueden y se deben incorporar a las instituciones del Estado.
Pongamos unos ejemplos de lo sucedido en nuestro medio político: la señora viceministra del Ministerio de Seguridad Pública, Flora Calvo, renuncia a su puesto porque las otras jefaturas o componentes del Ministerio no entendieron las medidas que estaba tomando respecto a la organización.
Consecuentemente, los funcionarios se manifestaron renuentes al cambio.
El señor diputado de Liberación Nacional Guillermo Zúñiga quiere renunciar a su puesto de diputado en la Asamblea Legislativa alegando que el actual Gobierno no lo toma en cuenta.
El señor Rodrigo Arias, posible candidato de Liberación Nacional para las próximas elecciones, cita a los alcaldes elegidos de ese partido y se hace acompañar por la mayoría de los diputados; algunos hasta externaron su apoyo de manera incuestionable.
Miopía. ¿No es esto acaso, una falta de misión y visión por parte del Gobierno como también por parte de los partidos políticos? Esto nos permite colegir que no hay una propuesta inteligente dentro del Ministerio de Seguridad Publica, no existe una misión a la cual la estructura humana debe rendirse y la cual se comprometa a cumplir; lo más seguro es que tampoco exista una visión a futuro.
Lo mismo sucede con el partido Liberación Nacional y posiblemente con todos los partidos restantes. Esta es la razón fundamental por la cual una viceministra renuncia a su cargo y un diputado, ignorando que fue elegido por el pueblo, se doblega a intereses que dejan de ser patrióticos y que distan mucho de servir a la patria.
Los alcances del primer poder de la República están bien definidos en nuestra Constitución Política, que se inicia, desde luego, con el depósito sagrado que hacen los ciudadanos mediante el voto.
Por lo menos, en el caso de la Constitución Política, atisbamos una misión y una visión bien propuestas por figuras distinguidas, la cual deberíamos tomar como ejemplo y punto de partida.