La base de Guantánamo es un rescoldo de la forzada guerra hispano-norteamericana, suicidio español, fustigado por la furia mediática, de la época, en el país del Tío Sam. El 10 de diciembre de 1898, España, derrotada, entregó Cuba, Puerto Rico y Filipinas a Estados Unidos. Cuatro años de isleña ocupación militar estadounidense, que nunca aceptaron los cubanos. “Hay extraño en casa”, dijo el heroico Máximo Gómez a principios de 1901.
Tomás Estrada Palma, primer presidente de la mayor de las Antillas, arrendó 117,6 kilómetros cuadrados de territorio nacional, 49.4 kilómetros de tierra firme, al poderoso vecino, en retirada, para instalar allí estación naval o de carboneo. Joseíto Fernández inmortalizó, a ritmo de salsa criolla, el contenido emocional, la brasa que, en su espíritu anida, cada cubano, esté donde esté, para recordar que Guantánamo es parte integral de la Isla.
Guantanamera, guajira guantanamera... Yo soy un hombre sincero / de donde crecen las palmas / y antes de morir yo quiero / cantar mis versos del alma.
Cárcel de Guantánamo. El 11 de enero, 2012, cumplió diez años la transformación de Guantánamo en basura, prisión y oprobio mundial. Una mancha para la dignidad humana. Como deriva de los atentados del 11-S, en el 2001, el equipo de Bush convirtió la base en cárcel para todo sospechoso o involucrado, directa o indirectamente, en los criminales ataques terroristas a Nueva York y Pentágono.
Pero, de la pesquisa policial/militar se pasó al grado de la tortura histérica. La libre Prensa norteamericana –ejemplo, una vez más– investigó y denunció el laboratorio enfermizo en que se había convertido Guantánamo, supuestamente, reducto defensivo de EUA.
Candente el escándalo generado, urbi et orbi, asunto sobre la mesa del Salón Oval, 2009, para el recién estrenado presidente Obama. En sus primeras horas de mando, 20 de enero, ordenó cerrar la prisión que consideraba una ofensa para la imagen de Estados Unidos, contraria a sus valores tradicionales.
Harvard citó a un simposio internacional para examinar el trasfondo y verdad de Guantánamo. Entre los llamados, asistió el expresidente Figueres Olsen. La opinión, allí, de don José María, entendemos, resume el pensamiento costarricense: La solución, para el problema de Guantánamo, tiene única salida, devolver la base a la Cuba de siempre, de ayer y de hoy, legitima propietaria de la total extensión isleña.
Efectivamente, Guantánamo es a Cuba como las Malvinas son a Argentina, o Gibraltar es a España. Y como fueron devueltos, por Inglaterra y Portugal, Hong Kong y Macao a China. “Obama cometió un grueso error de cálculo político”, apunta Julian Zelizer, profesor de Historia de la Universidad Princeton. La dinámica caza de votos para quien busca la reelección, desvía incluso las palpitaciones del sentido común, disfrazadas por las circunstancias ocasionales de la politiquería.
Que Fidel Castro lleva 53 años en Cuba, cierto. Es una realidad que la Historia Universal, mañana, no podrá ocultar. Y examinar. También Cuba tuvo a Martí, Maceo, Machado y Batista. Pero, existe un extraordinario contrapeso de escritores, deportistas y pensadores. Los anales de pasado mañana escribirán sobre la Cuba que sigue, la eterna Cuba. Guantánamo, base, es tan cubana como el Malecón habanero. Durante su segundo mandato, si es que llega, Obama dispone de la oportunidad de rectificar. Y convertir el sueño en ejemplaridad. En lo práctico, las cuentas surgen a su favor: los 171 prisioneros de Guantánamo sustraen, cada uno, $800.000 anuales a los contribuyentes, mientras que solo $25.000, por cabeza, consumen los reos nacionales.
Para quienes cultivan la rosa blanca de Martí, cardo ni ortiga cultivo, la fuerza de la razón limpiará la ignominia de la inaceptable base, además de eliminar el residuo colonial que el enclave supone. Las palmas –impronta cubana– también brotan en Guantánamo, señal inequívoca de la unida existencia del paraíso terrenal que a Colón deslumbró como ningún otro lugar visitado: Cuba.