Cuando leemos el Plan de Gobierno enfocado a nuestro cantón, Guácimo, podemos fácilmente dejarnos llevar por la emoción. Hay propuestas que ilusionan como el ecoturismo, pero fueron intenciones que no dejan de ser eso: intenciones. ¿Cómo fomentar el ecoturismo en una región claramente afectada por la expansión piñera?
Al día de hoy, no podemos conocer el territorio abarcado por estos cultivos pues en la Alcaldía dicen que no manejan esa información. La Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (CANAPEP) no brinda cifras exactas de la cantidad de hectáreas sembradas de piña por provincia ni por cantón, pero indica que en el Caribe se han sembrado cerca de 13.310 hectáreas, zonas no aptas para el ecoturismo.
Educación a medias. La promesa del Gobierno decía que el principal propósito para desarrollar el cantón sería “construir y mejorar la infraestructura educativa para optimizar la educación de acuerdo con las necesidades y demandas de los y las habitantes” (Plan de Gobierno 2011-2016). Ya han pasado 2 años y no hay cambios positivos. En lugar de eso, los proyectos que, en principio, tenían cara de nuevas y mejores oportunidades para los jóvenes guacimeños, ahora apenas y sobreviven.
Un ejemplo de esto se remonta al 2004. En ese año, en la comunidad de Cartagena existía una “telesecundaria”, y todos pensamos: “¡Eso sí que es progreso!”. En el 2011, pasó a llamarse Liceo Rural y representaba una esperanza de obtener su bachillerato para cientos de estudiantes y jóvenes de la zona. El problema es que, todavía, 9 años más tarde no cuentan con las instalaciones que indicaba el plan de Gobierno y hay un importante faltante de aulas.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) destina 6 millones de colones al año para los gastos que -suponen- tiene el colegio. Pero la administración del centro educativo debió invertir parte de ese monto en la construcción de 3 aulas porque no tienen de dónde más obtener los fondos. Es una triste realidad que trasmite un mensaje indiscutible a la juventud: es poco lo que se está haciendo para el desarrollo y el progreso de los habitantes del cantón.
Poca atención. Tomando en cuenta la importancia de las piñeras en el cantón, y la poca atención que recibe la población estudiantil de las comunidades, podemos decir que nuestro cantón no parece estar avanzando hacia ese brillante futuro que solamente conocemos en el papel.
El anhelado progreso se topa de frente con la realidad diaria de jóvenes con esperanzas mutiladas y atrapados por el conformismo, desencantados con las opciones que tienen en el lugar donde les ha tocado vivir.
Los habitantes no tienen mayores oportunidades de surgir: el desarrollo agrícola parece que se limitó al cultivo de la piña. La visión del impulso al ecoturismo no se ve por ningún lado. Y el plan de mejorar la infraestructura de los centros educativos se quedó en una promesa de campaña.
Guácimo está estancado en el tiempo y abandonado a su suerte. No podemos leer los planes de Gobierno y pensar que todo va a estar bien, sería caminar con los ojos vendados en un sendero que nunca hemos recorrido.