Sobre la Cuesta de Moras se anuncia un monstruo que hará parecer los edificios históricos de la Asamblea Legislativa y el Museo Nacional, hoy imponentes, como pequeños enanos anticuados. El proyecto del nuevo edificio de la Asamblea es un Godzilla que se alzaría amenazante para el entorno arquitectónico, la historia y el paisaje urbano. Un verdadero transformer en dos patas, la pesadilla urbana absoluta sobre una de las pocas zonas de la ciudad con personalidad.
Poco entienden los arquitectos que lo diseñaron de la integridad visual de un conjunto arquitectónico, a pesar de ser uno de los principios básicos de cualquier intervención. Con respecto a los conjuntos patrimoniales, más bien hay que crear zonas de amortiguamiento que permitan mantener su integridad. Hay que asegurar “puntos o líneas de vista” desde ellos y hacia ellos. Basta con mencionar cuanto se ha perdido visualmente desde el antiguo Cuartel Bellavista, cuyo nombre es cada vez más irónico.
Pésimo mensaje. Es decepcionante que ante el criterio técnico del Ministerio de Cultura los diputados promuevan un proyecto de ley que les quitaría el carácter patrimonial a varios de los edificios más emblemáticos del país para facilitar la construcción del nuevo edificio.
Es conveniente que los diputados entiendan que se deben conseguir otros terrenos donde construir la nueva sede legislativa y dejar esos edificios para otros usos o para usos alternativos de la Asamblea. El proyecto de ley manda un pésimo mensaje a la comunidad internacional sobre el compromiso del país con respecto a su patrimonio histórico y pondría en entredicho iniciativas de promoción mundial de nuestro patrimonio cultural.
¿Qué tal la posibilidad de emular a otros países y dinamizar una nueva área de la ciudad construyendo un moderno edificio y zonas asociadas que incluso faciliten la congregación de ciudadanos que piden cuentas a sus representantes? No todo debe estar en el centro, ya bastante congestionado.
Hay aquí una magnífica oportunidad de encontrar una solución adecuada acorde con los tiempos de cambio del país, hay opciones más allá de destruir lo que hay o deformarlo .
Es este un momento propicio para superar nuestra mentalidad “chiquitica” .