Nuestro país estableció un modelo de desarrollo eléctrico basado en el aprovechamiento de fuentes renovables, de modo que el 91% de nuestra energía eléctrica es producida utilizando agua, viento, biomasa, geotermia y recientemente energía solar. Son pocos los países en el mundo que pueden presumir de un logro semejante, y mantener ese porcentaje o incluso aumentarlo a futuro representa sin duda un gran desafío.
Se denominan fuentes renovables no convencionales para generación eléctrica a la energía solar, biomasa, marina, hidroeléctrica en pequeña escala, eólica marina y geotermia de baja entalpía, entre otras. Su importancia radica en que permitirían fortalecer y complementar el sistema eléctrico actual con la incorporación de nuevos proyectos que mantengan el carácter renovable de dicho sistema, colaborando en las metas nacionales de sostenibilidad y carbono-neutralidad. Sin embargo, una serie de factores deberán ser resueltos si se quiere impulsar estas fuentes no convencionales y hacer que nuestra matriz electroenergética siga siendo predominantemente renovable.
Puntos necesarios. En primer lugar, un sistema a base de renovables requiere respaldo de otras fuentes que garanticen el suministro eléctrico en momentos cuando no haya viento, los embalses estén bajos de nivel o no haya suficiente radiación solar. Ese respaldo de energía firme o constante se logra usualmente con grandes embalses, térmicas, gas natural o almacenamiento energético. Es así como, si no se quieren térmicas, el P. H. Diquís, en la zona sur, representaría un proyecto vital para el respaldo de fuentes renovables no convencionales que conformen nuestra matriz futura. Este embalse sería un enorme acumulador de energía, que permitiría manejar la intermitencia de esas fuentes renovables, respaldando sus variaciones.
Otro aspecto relevante es el costo. Es fundamental para su desarrollo generalizado que los costos de las fuentes renovables no convencionales resulten competitivos con los de sistemas tradicionales, como térmicas, carbón, hidroeléctricas, etc. Sin embargo el costo, atendiendo una visión país, no debería ser el único factor de decisión; se hace necesario tener la sabiduría para poder tomar decisiones bajo una perspectiva multicriterio, atendiendo aspectos técnicos, económicos, legales y ambientales.
Otros factores relevantes para lograr el impulso de las fuentes renovables no convencionales lo constituyen la determinación y priorización del recurso (zonificación), la medición y la investigación, que permitan ir desarrollando prototipos y proyectos piloto para las diferentes fuentes, hasta llegar a alcanzar gradualmente los niveles de madurez tecnológica requeridos. Como complemento, se requiere también de normativa adecuada que incentive el desarrollo de los diferentes proyectos (subsidios, exenciones, etc).
Nuestro país presenta importantes potenciales eléctricos en el recurso solar, marino, eólico marino, y biomasa, que podrían traducirse a mediano plazo en proyectos importantes para la satisfacción de la demanda eléctrica nacional. El camino, sin embargo, debe ser recorrido con firmeza y precaución. Es preciso caminar antes de llegar a correr.
En el ICE, se ha formulado el Plan de Promoción de Fuentes Renovables No Convencionales 2012-2016, el cual se revisa y mejora periódicamente. Su objetivo es promover el aprovechamiento de fuentes renovables no convencionales en la generación eléctrica, buscando diversificar la matriz energética, contribuir a la sostenibilidad y a las políticas nacionales de cambio climático, mediante un esfuerzo sistemático de investigación, desarrollo e innovación. Los resultados de este plan ya se ven a corto plazo y, sin duda, sus mejores frutos vendrán a futuro.
Costa Rica es un ejemplo para el mundo en muchos aspectos. Sigamos siéndolo por medio de nuestro sistema eléctrico con fuentes renovables. El futuro energético del país depende de las decisiones que tomemos hoy. El reto es muy grande, pero con visión, voluntad e ingenio lograremos, para el beneficio de todos y del ambiente, mantener una matriz electroenergética renovable y robusta. Seamos optimistas hacia el futuro.
Rolando Portilla Pastor, ingeniero civil y máster en manejo de cuencas hidrográficas.