El artículo de Carlos Cortés: “¿Existe el Estadio Nacional?” , aparecido en este diario el 17 de abril de 2011, merece mi felicitación por el profundo análisis que hace del país tomando como pretexto el Estadio Nacional para abordar el tema de la gobernabilidad, de los contrastes entre construcción y deterioro, entre desarrollo sostenible y continuar en el estancamiento de reformas postergadas durante décadas, y en la necesidad de poner una fecha para trazar metas y cumplirlas, tomando en cuenta que nos encontramos en una transición del bipartidismo hacia una recomposición de las fuerzas políticas.
El artículo es una advertencia para todos los costarricenses, y en especial para los políticos, del rumbo que tomará Costa Rica en el siglo XXI, si no actuamos a tiempo para reformar lo que se debe reformar “de manera frontal en áreas estratégicas como equidad social, infraestructura y competitividad”.
Un estadio es un lugar para asistir a competencias. Ya en la inauguración del Nacional se enfrentaron en futbol los equipos chino y costarricense con el resultado para todos conocido y que espero no sea premonitorio.
Ahora comienza la magna competencia donde el pueblo tico será el espectador del enfrentamiento de las voluntades de esos dos países por salir adelante en el siglo XXI, y los costarricenses debemos actuar. Carlos Cortés ya comenzó a hacerlo.
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