La semana anterior, la presidenta electa, Laura Chinchilla, visitó el Hospicio de Huérfanos de San José en Vista de Mar en Goicoechea, para inaugurar un comedor. Según las notas de los medios de comunicación 75 niños recibieron a la esperada visita.
Después de describir las edades de los niños que viven en el lugar, que van de los cero años hasta adolescentes, también explicaron que son distribuidos en 10 casitas dentro del mismo centro y se reparten según su edad y reciben todo lo que necesitan.
Además las mamás sustitutas o las famosas tías, los atienden las 24 horas del día, 365 días al año.
Para terminar, los medios que cubrieron la noticia señalan: “Si bien aquí a los pequeños les sobra amor y afecto les falta ayuda, la situación económica del centro se tambalea por momentos y eso implica reducciones en la atención de los pequeños. Por eso cualquier ayuda puede significar un abrazo más a la distancia, para estos pequeños” (Noticias Repretel).
Pero doña Laura durante la entrevista fue muy clara comentando que lo que sobran son ganas de quedarse a vivir con ellos y que, de verdad, necesitan apoyo económico. Pero ¿qué se hará al respecto?
Porque, si bien es cierto que en estos lugares hay un faltante de ayuda, estoy segura de que hay una cantidad igual o mayor de padres de familia que esperan ansiosos a uno o dos, o hasta a tres de estos niños en sus hogares.
Unos padres que no se separen de su cama la noche en que no duerma el pequeño por fiebre, o papás que se levanten diez veces a espantar el monstruo de la pesadilla.
¿Y dónde están esos hogares? La mayoría, decenas, y me atrevería a decir que centenares, esperando por años a que el PANI les apruebe documentos y en una llamada telefónica les diga: “encontramos una personita para ustedes”.
Agilizar procesos. Entonces, doña Laura, ya que usted es consciente de la situación y que como madre anhela poder abrazar a todos ellos y, si pudiera, llevarlos a casa, a un hogar, a una familia de verdad, le propongo hacer algo; es muy simple: agilizar los procesos de adopción de este país.
Regular esos tediosos papeleos que deben actualizarse cada 18 meses. Proponer un juez especial que firme y otorgue la categoría de niño abandonado de manera más ágil. Regular si es real esa cantidad de niños que dan en adopción en este país. Doña Laura, esa ayuda sí sería un abrazo , y créame que somos muchos los que estamos esperando poder darlo, pero el sistema tiene a estos pequeños atrapados en cárceles para niños, donde no pueden casi salir y mucho menos relacionarse con alguna familia visitante, porque podrían enamorarse unos de otros y ese vínculo se les tiene prohibido para evitar que las personas que llegan quieran darle un hogar a estos niños.
Doña Laura, ¿usted quiere ayudar a los niños albergados? Promueva la adopción, desde el lactante hasta el adolescente, del de piel oscura hasta el más blanco, con discapacidad o con talento, individual o de hermanos. La mejor ayuda para estos niños es estar en un hogar mediante la adopción