El país debe de iniciar de inmediato un programa para diversificar en el corto y mediano plazo su matriz primaria y secundaria de energía, como previsión y reacción a los cambios que están ocurriendo en el plano internacional y en el ámbito nacional, y evitar llorar sobre mojado en el futuro. Es urgente una estrategia para diversificar la canasta energética, de manera que se lleve de forma ordenada en varios frentes que se apoyen mutuamente, especialmente el tema relacionado con el mejoramiento de la competencia con los socios comerciales extranjeros.
En este momento el país no está debidamente preparado para competir de la mejor forma con empresas extranjeras por su insuficiencia en infraestructura vial y portuaria, por la tramitología, las leyes y precios de la energía, por tener costos laborales más altos que los de los socios comerciales, entre otros. Además, muchos de los socios comerciales son productores de energía, y quienes son importadores mantienen precios inferiores a los locales. Por ello, si no se toman medidas de inmediato, el problema se agravará más y más en el futuro.
Estrategia múltiple. En la actualidad casi todas las balanzas comerciales, con los países con quienes se firmaron tratados de libre comercio son deficitarias y, de no abaratarse los precios de la energía, el ensanchamiento persistirá: las empresas transnacionales buscarán nuevos destinos y el problema de competencia y el alto desempleo nacional serán difícil de resolver con prontitud, dado que muchos de los países que compiten por el mercado nacional y el extranjero son productores de energía: México, Perú; Chile, Estados Unidos, China y Colombia
Es preciso proponer una estrategia múltiple definida que permita erradicar de raíz las causas que provocan la situación mencionada. La primera estrategia debe detener el crecimiento de los precios de la energía y partir de que el problema básico de los precios regulados por Aresep es que ellos no responden a un mercado con gran cantidad de actores por el lado de la oferta sino, más bien, estructuras de producción monopolística y, en el mejor de los casos, oligárquicos.
La experiencia nacional y centroamericana ha demostrado las ventajas de aproximar la operación de algunos mercados de bienes y servicios a situaciones de libre mercado. En el plano local, la apertura de la banca, los seguros, y más recientemente las telecomunicaciones, han evidenciado los progresos en la calidad, la oportunidad, el acceso de los usuarios a los servicios, cuyos precios han descendido. Sin embargo, el descenso de estos precios no ha sido mayor porque las empresas públicas son muy grandes y muy bien posicionadas en el territorio nacional por lo que, en muchos casos, a la competencia no le ha quedado otra cosa que más que seguirlas, al menos por ahora.
En el Istmo las ventajas del mercado competitivo se observan en los precios de la energía. El ICE ha ido perdiendo aceleradamente competencia en las tarifas de electricidad en el Centroamérica, aunque se espera que mejore su posición en el mediano plazo cuando ingresen al sistema proyectos hidroeléctricos de gran magnitud.
La segunda estrategia debe dirigirse a los combustibles. Con ellos, la situación es peor aunque, dichosamente, su incidencia negativa sobre la producción es inferior a la eléctrica. Así, para los tres combustibles que se comercian en mayor cantidad en el Istmo, en los precios de las gasolinas y el diesel, y en las estaciones de servicio panameñas y nacionales en Paso Canoas, hay diferenciales de precios que oscilan entre un 20% y 25% y, en ocasiones, han llegado a ser superiores al 30% a favor de las bombas de gasolina del país vecino.
Hay algunas razones que explican parcialmente esa situación. Una de ellas y probablemente la más importante es la es la actualización trimestral del impuesto único sobre los combustibles, que representa cerca de un 50% del precio final de los hidrocarburos analizados; mientras que, en el resto de los países del Istmo, normalmente este es más bajo, lo han mantenido constante y, en algunos casos, cuando los precios del petróleo son tan altos como ahora, lo reducen.
Recope solo opera un eslabón de la cadena de los combustibles fósiles, la importación, el almacenamiento, el trasiego por poliducto y la distribución a granel en sus planteles, manteniendo un precio único que subsidia las regiones más alejadas. La empresa privada se encarga del resto de la cadena de distribución llevando los combustibles hasta los centros de producción, distribución y comercialización y, las estaciones de servicio venden los tres productos a los consumidores finales. En todos los puntos hay regulación de precios y de la calidad por parte de Aresep; por lo tanto, las características no competitivas del mercado de combustibles están presentes en toda la cadena de distribución.
Apertura. Por el contrario, en el Centroamérica todos los países a excepción de Honduras gestionan el negocio de los combustibles citados bajo libre competencia. Los últimos informes sobre precios de los combustibles del Istmo de CEPAL México, evidenciaban la pérdida gradual de competencia costarricense en materia de precios. Así, hace 8 años, las gasolinas nacionales competían con las de El Salvador, Guatemala, Panamá y Honduras por el segundo o tercer lugar. En cambio, el diésel mantenía el primer lugar y, solo en pocas ocasiones, la posición la perdía a manos de Panamá o Guatemala y, en todos los casos, los precios de productos nicaragüenses eran mayores que los locales. Hoy en día, excepto pocas ocasiones, todos los demás países mantienen precios más reducidos que los nacionales.
Lo que parece deducirse de lo expresado es que la competencia en el mercado es mucho más poderosa que las ventajas del monopolio natural para lograr precios más bajos. Por lo tanto, el corolario es que Aresep, dada la legislación existente en materia de combustibles y de otros bienes y servicios en el país, debe crear un “modelo virtual de libre competencia”, recurriendo a incluir, en sus metodologías de cálculo y actualización de los precios y tarifas de los servicios públicos regulados, un componente que haga los precios varíen parcialmente con el de mejor desempeño en materia de precios de un país del Istmo, en plazos móviles de cinco años. En el caso de los tres combustibles indicados, la referencia debería ser Panamá y, quizá, en electricidad, Guatemala o el que la Autoridad considere permitente.
Los argumentos aquí planteados requieren, en primer lugar, desprenderse de ideologías y de orgullo por tener que “seguir” a otro país del Istmo, y, en segundo lugar, la propuesta debe ser la mejor alternativa para mejorar la competitividad del país, aumentar la producción interna, mejorar la distribución del ingreso y reducir la pobreza por medio de más y mejores empleos.
Sin duda, la energía es uno de los factores claves para lograr estos propósitos.