El día lunes 28 de marzo del 2011 fui capturada de forma selectiva por agentes del Ministerio de Seguridad, en medio de una protesta en la inmediaciones de la comunidad garífuna de Triunfo de la Cruz.
En el proceso de ser arrestada, me dispararon varias bombas lacrimógenas, impactándome una en el abdomen, lo cual me causó quemaduras en el estómago; posteriormente, fui arrastrada por el asfalto, al mismo tiempo que los policías me golpeaban, proferían insultos raciales.
El operativo, dirigido por el subcomisario Víctor Sánchez Bonilla, quien, en medio de la muchedumbre, me señaló a sus subalternos para que fuera la única capturada de entre todas las personas, demuestra la estrategia por parte de las fuerzas represoras de focalizar a dirigentes como objetivos militares.
Arbitrariedad. Cabe mencionar que al ser capturada me llevaron directamente a una bartolina de la cárcel de Tela, sin hacer el requerimiento respectivo, sin atención médica por las quemaduras y la intoxicación que sufrí por las bombas lacrimógenas. Hasta dos horas y media después, me leyeren mis derechos sin que me dijeran de qué me acusaban. Posteriormente, me informó la jueza ejecutora de turno que se me acusaba de sedición.
En Honduras continúa el caos en que se sumió el país a raíz del golpe de Estado del año 2009, perpetrado por el Poder Judicial, el Legislativo y las Fuerzas Armadas.
A pesar de las sonrisas plásticas de los funcionarios estatales y su avidez en lograr el reconocimiento internacional, la criminalización de la protesta social se ha agudizado con el régimen de Porfirio Lobo, quien, de forma siniestra, aduce una campaña de descrédito en contra de su Administración por parte de las organizaciones de derechos humanos.
Presos políticos. Gracias a la solidaridad y presión internacional, de la comunidad Garifuna y de hondureñas y hondureños conscientes de la crisis existente, se me concedió libertad “provisional”. Los operadores de la Justicia de Honduras se vieron obligados, ante las presiones, a cumplir su deber. Sin embargo, en las hacinadas cárceles del país están confinados un sinnúmero de presos políticos, como es el caso de los 18 docentes que en este momento guardan prisión en la capital de la república.
El recrudecimiento de la violencia en contra de la resistencia popular, es parte de la cátedra de seguridad dictada por el sátrapa colombiano Álvaro Uribe, asesor en represión, y el que hace pocas semanas dictó una conferencia en el Salvador sobre la “seguridad democrática”, a la cual asistieron puntualmente el señor Porfirio Lobo y su delfín Óscar Álvarez.
La colombianización de Centroamérica es reafirmada por la Iniciativa Mérida y la militarización que sufrimos.
Al son del Año Internacional de los Afrodecendientes, los garífunas de Honduras sufrimos una acelerada expulsión de nuestros territorios que hemos habitado durante 214 años.
Mientras tanto, algunas organizaciones de afroderecha se han alienado con el régimen represor y pretenden festejar los despojos territoriales que se están dando tanto en África como en América Latina, a través de una supuesta cumbre mundial de afrodescendientes, que sirve de instrumento y maquillaje a la violencia del actual Gobierno y sus políticas neoliberales.
A partir de la Asamblea de los Pueblos de la Tierra y el Mar, efectuada en febrero de este año, en la comunidad de Durugubuti Beibe, los pueblos indígenas y negros de Honduras reafirmamos la defensa de nuestros territorios, el derecho a la autonomía, el respeto al derecho a la consulta y suspender de inmediato la construcción de las represas hidroeléctricas en el río Patuca: sentencia de muerte para el pueblo Tawahka y el país.
Muchísimas gracias de nuevo a la solidaridad nacional internacional y al movimiento de todas y todos, lo que pasó ayer demuestra que de las acciones a tiempo se logran resultados positivos.
Miriam Miranda Coordinadora General, OFRANEH (Organizacion Fraternal Negra Hondureña )