Hace unos días leí con asombro un artículo de opinión que mencionaba la existencia de un Estado de “intestinos perezosos, que ha olvidado la función vital de renovarse” ( La Nación, 15/1/2016 “En nuestra hora de los hornos”). Se refería, además, a la existencia de dos ramas desconocidas del Consejo Presidencial de Competitividad e Innovación, marginadas y con bajo perfil ejecutivo, sin iniciativas de consolidación institucional y donde el presidente de la República no asume su papel de líder.
Esos comentarios están muy lejos de la realidad. La estrategia de los Consejos Presidenciales se apega estrictamente a los pilares básicos que guían la política de la administración Solís Rivera: crecimiento y empleo, reducción de la pobreza y la desigualdad, así como la búsqueda de transparencia y lucha contra la corrupción.
Cada uno de ellos es dirigido por el presidente de la República y sus vicepresidentes, quienes, junto con un equipo técnico de calidad y de bajo perfil mediático, llevan a cabo una labor de coordinación delicada entre lo político, lo económico y, por supuesto, lo social.
Tanto el Consejo Presidencial Económico como el Consejo Presidencial Social tienen su propia agenda bien definida, en la cual participan activamente representantes de las instituciones del Estado afines a cada tema.
Asimismo, en el caso particular del Consejo Presidencial de Competitividad e Innovación, la idea ha sido clara: trabajar en una agenda pública definida en consenso con los representantes del sector privado, labores en las cuales prima un diálogo constante y abierto en la búsqueda de logros a corto plazo; sin que eso implique olvidar las victorias y metas a mediano plazo.
Tal como ha sido propio de esta administración, las labores de estos cuerpos colegiados con delegación presidencial, han sido desarrolladas con bajo perfil, trabajando de forma constante sin hacer de su rutina una pancarta publicitaria, un blanco de las noticias ni un motivo de grandes titulares en la prensa.
Ello es muy diferente a interpretar que han sido marginados o que son desconocidos. ¡Muy por el contrario! Estos Consejos Presidenciales desempeñan una labor estratégica muy importante para el cumplimiento de las metas de este gobierno. Entre ellos se ha tejido una estrategia que amalgama todas las decisiones de tipo económico, social y político bajo la coordinación de los más altos jerarcas del Gobierno y de donde se discuten las decisiones de mayor trascendencia para el país.
En la misma línea, estoy convencido de que todos aquellos colaboradores que han asumido responsabilidades en dichos Consejos mantienen un alto perfil ejecutivo y profesional, están comprometidos con la causa y pretenden lo mejor con sus aportes.
El hecho de que una gran parte de ellos no fueron figuras públicas en otras administraciones o miembros renombrados de gremios u organizaciones privadas no significa que carezcan de la capacidad intelectual, emocional y física para llevar a cabo sus labores con un elevado grado de profesionalismo y productividad.
Liderazgo presidencial. Las decisiones tomadas en estos Consejos son resultado de un diálogo permanente con el presidente. Tanto los vicepresidentes de la República como el ministro de la Presidencia están plenamente informados de las estrategias y ejecución de acciones en cada Consejo y trabajan en conjunto, cada día, para crear sinergias que conduzcan a una mayor eficiencia.
Hay mucho espacio para crecer con lo propio y emulando las experiencias de países exitosos que dieron un giro impresionante en su política pública.
La realidad es diferente a la que perciben algunos, pues estamos lejos de tocar el fondo y, por el contrario, avanzamos en lograr metas a corto plazo, y seguimos dando pasos importantes para heredar a las futuras administraciones un conjunto de alianzas con el sector privado que trascienda lo político y cuyo interés se focalice en aumentar la productividad del país, innovar y dar un paso adelante en el ámbito de la competitividad.
Todo esto con el fin de crear un entorno social, económico y político más favorable para las generaciones venideras.
El autor es comisionado del Consejo Presidencial Económico y del Consejo Presidencial de Competitividad e Innovación.