El eje central de toda política económica debe ser el empleo, particularmente en Costa Rica, en donde las políticas públicas de los últimos años y la incapacidad de adecuarlas a los tiempos modernos han llevado los niveles de desempleo y empleo informal a máximos históricos. Ha pasado mucho tiempo, varias administraciones y no ha habido cambio: la deuda externa se cuadruplicó en los últimos diez años, la fuerza laboral se ha estancado y el desempleo, subempleo y empleo precario continúan en niveles inaceptables.
La prioridad de los últimos gobiernos ha sido únicamente el desequilibrio fiscal a través de mayores ingresos para el Gobierno y mantener una estabilidad artificial sin promover reformas de fondo tendientes a aumentar la competitividad internacional o el nivel educativo de la fuerza laboral.
En un contexto internacional de avance prodigioso de la tecnología y las comunicaciones y de un crecimiento económico extraordinario de las economías asiáticas, entre otros fenómenos, el próximo gobierno debe plantearse una estrategia de desarrollo que promueva, ante todo, la creación de empleos y una mayor calidad de vida para los costarricenses en el siglo XXI.
A continuación algunas ideas con este fin:
Infraestructura digital. Como hay un rezago tan grande en carreteras, se pierde de vista que lo más importante es la infraestructura para el siglo XXI para que toda la población tenga acceso a banda ancha. Actualmente, Hong Kong tiene una velocidad promedio de Internet mayor a 50 Mbps, seguido de varios países con velocidades promedio mayores a 30 Mbps.
Como los promedios internacionales de velocidad de acceso van aumentando mes a mes, Costa Rica debería proponerse una meta alta, de alcanzar un promedio de 100 Mbps en un plazo de cinco años y desarrollar la infraestructura necesaria para que toda la población tenga ese acceso a precios asequibles.
Como indican varios estudios citados por el Banco Mundial en su documento Exploring the Relationship Between Broadband and Economic Growth, publicado en el 2016, un 10% de aumento en la penetración de banda ancha incrementaria el PIB entre un 0,9 y un 3,2%
Es fácil imaginar el beneficio de contar con un acceso generalizado a Internet de alta velocidad para las actividades agropecuarias, industriales, comerciales y de servicios, así como para la pesca y el teletrabajo. Esas actividades podrían tecnificar más sus procesos y tener un acceso más oportuno a los mercados.
Estos beneficios se potenciarían si los servicios de las instituciones estatales se digitalizaran y se pudieran efectuar remotamente en su totalidad.
La educación podría ser de mucha más calidad si los maestros y los alumnos contaran con los recursos informáticos, propios de este siglo, con una velocidad adecuada para ver videos y animaciones. Más aún, como reporta The Economist, hay desarrollos de inteligencia artificial, como programas de aprendizaje adaptado, que ajusta los cursos a la medida de cada estudiante, presentando conceptos en el orden en que él pueda entender con más facilidad y aprender a su ritmo.
En resumen, una alta velocidad de Internet, de niveles de 50 o100 Mbps, accesible en todos los rincones del país, debe ser una meta prioritaria del próximo Plan Nacional de Desarrollo, en el cual deben participar operadores privados, reguladores e instituciones gubernamentales.
Costa Rica debe avanzar a una sociedad digital participativa, como Estonia, en donde los ciudadanos votan y reciben servicios gubernamentales y privados en forma digital bajo un esfuerzo nacional llamado e-Estonia.
Todo lo anterior aumentaría la productividad, la calidad de vida, el crecimiento económico y el empleo.
Eficiencia del sistema financiero. Un estudio del Fondo Monetario Internacional de abril del 2016 sobre los vínculos entre la economía real y el sector financiero concluyó que:
-Aumentar la eficiencia y competencia del sector bancario podría aumentar el PIB hasta un 2% a mediano plazo, pues los márgenes de intermediación financiera son excepcionalmente altos.
-Una reducción de las garantías colaterales, las que encontró prohibitivamente altas y no conducentes a una inclusión financiera eficiente, podrían lograr un aumento similar en el PIB (2%).
-Costa Rica no ha alcanzado los niveles de desarrollo institucional y de desarrollo de sus mercados financieros que rindan los máximos beneficios al crecimiento y estabilidad.
Ese tipo de políticas en la concesión de los préstamos lo único que ha logrado es que los bancos acumulen miles de millones en bienes adquiridos en recuperación de créditos. Solo los dos bancos estatales más grandes tienen más de ¢140.000 millones en sus balances por este concepto.
Una forma de promover la eficiencia bancaria y desarrollar los mercados financieros es mediante el mercado de bonos y facilitar que las empresas puedan emitir títulos de deuda. Para ello, el Ministerio de Hacienda y el Banco Central deben lograr una absoluta estandarización de sus emisiones en torno a plazos de referencia internacionales ( benchmark ): un mes, tres y seis meses, dos, cinco, diez y treinta años.
Asimismo, deben impulsar el desarrollo del mercado secundario de bonos del Gobierno, tal y como se lo ha indicado el FMI en repetidas ocasiones, y existen manuales del mismo Fondo de cómo lograrlo.
Lo que sucede es que no se ha comprendido la importancia que esto puede tener en un mayor crecimiento económico y en el empleo y, por tanto, no se ha articulado como una meta nacional.
Exportación de servicios. La exportación de servicios puede ser una mayor fuente de empleos y de crecimiento económico para Costa Rica.
Recientemente, el Banco Central publicó un interesante documento acerca de las exportaciones de servicios y sus principales mercados, donde concluye que el 40,4% son servicios de turismo, el 33,6% son otros servicios empresariales, el 8,4% telecomunicaciones, informática e información y un 7,8% servicios de transformación.
El turismo, al igual que muchos otros sectores, se ha venido quejando de cómo la sobrevaluación del colón y la deficiente infraestructura, así como el alto costo de la electricidad, ha afectado su competitividad.
Otros se han quejado de la falta de recurso humano bilingüe y con cierto nivel educativo, especialmente en cuanto a la capacidad numérica y de resolución de problemas.
Es necesario corregir esas distorsiones así como incorporar mucho más a las universidades y al INA en un esfuerzo mayor para el desarrollo de estas capacidades.
Un estudio de académicos del FMI titulado World Trade in Services: Evidence from a New Dataset llega a varias conclusiones importantes:
- Los servicios son una mayor proporción del comercio mundial y la exportación de servicios son un componente crucial del aumento de la productividad.
La demanda de trabajos para la fuerza laboral del futuro será guiada por la infraestructura de tecnología de la Internet y el sistema de tecnología de redes.
La innovación tecnológica está haciendo cada vez más servicios exportables a bajos precios.
Entre 1995 y el 2014, la exportación de servicios informáticos y de información han crecido más que cualquier otro sector de servicios.
Los servicios financieros se han ido internacionalizando y es uno de los sectores más importantes de exportación de servicios.
Todo lo anterior confirma que en Costa Rica se podrían generar muchos más empleos en exportación de servicios, con la infraestructura digital mencionada anteriormente y corrigiendo las distorsiones financieras y de política monetaria que afectan la mayoría de las actividades de exportación. También se debería impulsar la exportación de servicios informáticos y financieros por el gran potencial que ofrecen.
El autor es consultor de mercados internacionales.