Al iniciar la campaña política en nuestro país, me pregunto: ¿qué deben comunicar los partidos políticos a los electores para conectar con ellos y lograr ganar su voto?
Como hemos visto, según los últimos estudios de opinión de la empresa Unimer publicados en La Nación , la apatía por el proceso electoral que se avecina y un alto nivel de abstencionismo de los electores frente a los partidos políticos y los candidatos a la presidencia son innegables.
Podríamos explicar de manera sencilla que aún no se inicia con la fuerza que debería la campaña electoral.
Pero, ciertamente, es un fenómeno que viene en aumento en los últimos años, y tiene raíces más profundas que la falta de publicidad en los medios o plazas públicas.
Se trata de un problema más complejo. Es la distancia entre los ciudadanos y la clase política costarricense; estos últimos,cada día están más lejos de la gente, de sus problemas y mucho más todavía de conectar de manera real y efectiva con sus verdaderas necesidades y aspiraciones.
Esta situación no es solo un problema exclusivo de los políticos: también contribuyen los medios de comunicación, con una agenda temática que, si bien es de trascendencia para el país, se aborda de la misma manera y con el mismo lenguaje que lo hace la política tradicional.
Esto ha fomentado la separación entre el discurso político y las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos costarricenses.
Es indispensable que los partidos políticos ejecuten una verdadera comunicación política, y no solo publicidad electoral cada 4 años.
Como bien dice el reconocido comunicador político argentino, Carlos Souto: “En la publicidad de productos y servicios se deja de vender; en lacomunicación políticase pierde la posibilidad de cambiar las cosas”.
Hay una gran oportunidad, en estas elecciones, de trasmitir un verdadero mensaje político, de exponer las ideas de una manera clara, teniendo en cuenta siempre que la comunicación política tiene como objetivo el que los ciudadanos conozcan y apoyen a un candidato con un proyecto político afín a sus aspiraciones y necesidades.
Es hora de recuperar lo importante, de hacer comunicación política pensando en la gente, y no en el candidato, para que así el elector pueda tomar la decisión que más le conviene a él y a su familia.