El proyecto de ley 17.777 que pretende regular la investigación biomédica en Costa Rica, lleva en la Asamblea Legislativa más de dos años. Esta iniciativa fue solicitada por la Sala Constitucional en el año 2010, en respuesta a una acción de inconstitucionalidad interpuesta en el año 2003.
Desde aquel entonces, la Comisión de Asuntos Sociales inició una ardua labor para diseñar el proyecto de ley, consultando a más de 30 expertos e instituciones antes de llegar a la decisión de dictaminarlo.
Fue votado por unanimidad en dicha comisión, pero al día de hoy, la discusión del proyecto de ley en el plenario se encuentra pospuesta, pues los legisladores quieren conformar una comisión de expertos que busque consenso para lograr que el plan continúe su discusión de una forma fluida, sin obstrucción, y finalmente, se logre su votación.
Confío en la sabiduría de los legisladores para nombrar en esta comisión a profesionales de las Ciencias de la Salud, que de una u otra forma hayan participado en alguno de los tipos de investigación biomédica que el plan pretende regular, como lo son la investigación observacional, no intervencional, epidemiológica y/o la investigación clínica, experimental o intervencional, como muy bien la categoriza esta iniciativa.
Todo esto, con el fin de ofrecer a Costa Rica una justicia pronta y cumplida que logre el objetivo común de contar con una ley que regule todo tipo de investigación biomédica, resguardando los principios fundamentales de cualquier acto médico, como los son la beneficencia, la autonomía y la justicia.
Quienes estamos comprometidos con la salud y la investigación, deseamos que Costa Rica cuente con un marco jurídico, que muestre el camino por donde han de seguir sus científicos.
Con esta ley, la comunidad científica, los investigadores, el personal de salud y principalmente los pacientes, podrán estar más que satisfechos, pues se vuelve a abrir la puerta hacia la investigación ética y controlada con seres humanos y, con ella, vendrán resultados y avances de gran beneficio.