De acuerdo con Liu Xiaobo, premio Nobel de la Paz, el progreso humano da cada vez más espacio a la estética, y la búsqueda de la belleza va penetrado todas las esferas de la vida humana (Estética y Libertad Humana). Este anhelo por la belleza, en sociedades abrumadas por lo feo, ha sido astutamente aprovechado por la dirigencia china para conquistar los corazones del ciudadano medio en países en desarrollo.
En los últimos años, China se ha convertido en sinónimo de belleza, por la armonía de sus ciudades, dotadas de espléndidos edificios, parques magníficos, fabulosas autopistas, metros, y trenes de alta velocidad, todo esto rodeado de prosperidad y orden social. Sus ciudades y desarrollo urbano despiertan la envidia del mundo, incluyendo Estados Unidos. A nivel de política de Estado, la belleza, entendida como armonía deslumbrante del entorno urbano, es el mayor producto de exportación de China.
El nuevo Estadio Nacional ejemplifica esta política, que además, es asimétrica: no se trata de mostrar la belleza de Costa Rica al pueblo chino, sino la belleza de China y su Gobierno al pueblo costarricense. Cualquier visitante a la China continental puede constatar que el ciudadano medio allí no logra ubicar a Costa Rica en el mapa y difícilmente puede pronunciar su nombre. En el imaginario social chino, Costa Rica es un signo de interrogación. El ciudadano chino ignora que su Gobierno está donando un estadio a Costa Rica. La noticia sobre dicho proyecto, a pesar de publicarse en la agencia oficial de noticias china Xinhua, no ha sido retomada por los mayores diarios de China.
Al final, para los chinos, se trata de un estadio más entre los muchos que han donado a diversos países, incluyendo Bahamas, Angola, Benin, Camerún, Congo-Brazzaville, Djibouti, Gambia, Liberia, Mali, Mauritius, Mozambique, Níger, Guinea, República Centroafricana, Senegal, Sierra Leona, Togo, Uganda y Zimbabue . Cabe mencionar que, en Tanzania, el Gobierno local financió parte de los costos.
Diversos reportes periodísticos a lo largo de África alaban la rapidez de construcción y belleza de los estadios donados por China. El ciudadano común africano yace deslumbrado, y las noticias reportan que “nunca habían visto nada igual”. Diversos líderes políticos en dicho continente afirman que China es su “mejor amigo”. Un amigo solidario, que les ayuda a repeler el "imperialismo de occidente", un amigo que en apariencia no impone condiciones, que ayuda a embellecer sus ciudades, y que no hace preguntas incómodas a los Gobiernos de turno. Un amigo que exporta belleza e instrumentaliza la armonía para conquistar corazones.
Sin embargo, la armonía exportada por China no es toda la belleza. Otro aspecto fundamental de la belleza, según S. Tomás de Aquino, es la luz, la claridad. Algo realmente bello es iluminado por el esplendor de la verdad y la justicia.
Injusticias. El Gobierno de China desea proyectar una belleza que deslumbra los sentidos, pero hace todo lo posible por ocultar sus injusticias internas.
Según reporta el South China Morning Post , muchas personas, especialmente en zonas rurales, han sido forzadas a evacuar las tierras que habitan (toda la tierra es propiedad del Estado), incluso por medios violentos, para permitir el avance de proyectos urbanos ideados por los Gobiernos locales.
Hay altos niveles de corrupción dentro del Partido Comunista, y quienes expresan su disconformidad, entre ellos Liu Xiaobo, son encarcelados o silenciados.
No obstante, en el plano estético surge una oportunidad para un diálogo fructífero con la dirigencia china, de forma tal que sea realmente posible confrontar su concepto de belleza.
Así, frente a la belleza de sus magníficas obras civiles, podemos proponer la belleza del respeto a la persona humana y su dignidad inherente.
Hasta el momento, los estadios chinos han sido construidos, en su mayoría, para naciones africanas con diversos grados de corrupción.
El caso de Costa Rica presenta una oportunidad diferente, una oportunidad para mostrar el esplendor y belleza de la dignidad humana: el nuevo estadio puede servir para fomentar eventos que retraten el valor fundamental de la vida, la dignidad y la libertad humanas.
Al fin y al cabo, Liu Xiaobo afirmó que la vida es la estética final: belleza y vida humana, vivida con dignidad y libertad, se funden en una sola cosa.