Quienes trabajamos para asegurar la calidad de los bienes y servicios en el país, aplaudimos el editorial de La Nación del pasado 11 de enero. Que una institución como el Banco Hipotecario para la Vivienda (Banhvi) proclame que el 2012 tendrá una fundamental preocupación por la calidad es una gran noticia.
En Inteco, el ente nacional de normalización y eje de elementos para la calidad, mucho podremos aportar a ese justo y notable objetivo de garantizar calidad en todo el quehacer y productos del Banhvi.
De hecho, el Comité Técnico Nacional de Normalización en Construcción es, sin ninguna duda, uno de los más activos en los últimos años, con más de 150 normas técnicas emitidas, en aspectos tan diversos, entre otros, como concretos, barras de acero de baja aleación, lisa y corrugada, láminas planas de fibrocemento, bloques de concreto, para uso estructural y no estructural, tubería plástica de PVC y tubos de concreto reforzado para alcantarillado.
Por otra parte, en alianza con la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), creamos una certificación sui géneris, destinada a la certificación de procesos constructivos de proyectos de vivienda (urbanísticos y residenciales). La certificación tiene como objetivo garantizar la calidad, la gestión ambiental, la transparencia y el cumplimiento de las responsabilidades sociales básicas en los proyectos de vivienda.
Para alcanzar la certificación, las organizaciones de proyectos habitacionales deben satisfacer los requisitos de un sistema que asegure, en alto porcentaje, la calidad en sus procesos; por ejemplo, que garantice que las familias que adquieren una casa de habitación construida por ellos, no enfrentará las dolorosas consecuencias de los graves defectos detectados por el editorialista de La Nación.
Falacia nociva. Durante mucho tiempo se pensó y se dijo que la calidad era un asunto exclusivo del sector privado. Tal vez esa falacia sea la culpable de que durante tantos años no nos hayamos ocupado de la calidad en los servicios del Estado.
No hemos sido suficientemente críticos de esos servicios, y el resultado es que se han deteriorado. ¿Están satisfechos los padres con el hecho de que sus hijos inicien la educación universitaria sin saber escribir con coherencia dos párrafos seguidos, que además estarán plagados de faltas ortográficas? ¿Hemos mantenido estrictos protocolos para la revisión de puentes y carreteras construidas? ¿Estamos satisfechos con el hecho de que la seguridad ciudadana se haya tenido que entregar a empresas privadas porque se escapó al control de las organizaciones estatales?
Es muy probable que la respuesta a todas estas preguntas sea negativa.
¿Están esas preguntas relacionadas con la calidad?
La respuesta es un Sí, con mayúscula.
El país requiere de un movimiento muy fuerte para promover la calidad y una parte sustancial para esto es el eficaz funcionamiento del Sistema Nacional de la Calidad, en el que todos participamos.
Por eso, de nuevo, un reconocimiento al Banco Hipotecario de la Vivienda por su propósito de que no haya más familias costarricenses que reciban casas de interés social, sin asegurarse de que lo hacen a plena satisfacción.
Que no haya más familias que estrenan sus casas y una semana después se desilusionan con la inversión que hicieron, porque nadie les pudo garantizar calidad.
Señores del BANHVI, nos ofrecemos como sus socios para la calidad en esa iniciativa.