El diario La Nación ha venido publicando noticias, artículos y editoriales con un sesgo negativo hacia la existencia de Bancrédito. Es una estrategia para incidir en la opinión pública y en los tomadores de decisiones quién sabe con qué propósito.
La Nación puede tener la posición ideológica que desee y la línea editorial que decidan sus dueños; está en todo su derecho. Sin embargo, la realidad de Bancrédito, vista desde adentro, es otra.
Merece especial atención el editorial de La Nación del 16/3/2017, dado que resume todas las publicaciones que ha hecho con anterioridad y a eso vamos a referirnos.
Préstamos morosos. No es cierto que el ingreso de flujos futuros se utilizó para cubrir préstamos morosos. La Nación monta la noticia del convenio de descuento de flujos futuros con el Banco Nacional a conveniencia, y en su edición digital (9/3/2017) afirma en el título “Bancrédito utilizó dinero girado por BNCR para cubrir sus préstamos morosos”, lo cual difiere de la realidad, pues ante la consulta del medio se le respondió por escrito que los recursos se utilizaron “para crear estimaciones de carácter prudencial (son recursos no comprometidos)”. Los flujos indicados son una operación bancaria como cualquier otra y el destino prudencial que se les dio va en la dirección de proteger la operación del Banco.
No es cierto que el ingreso de flujos futuros fue lo que permitió mostrar ganancias en febrero. Tampoco es correcto lo informado por La Nación en la noticia sobre el convenio con el BNCR, al publicar sin ningún fundamento que “el ingreso de dicho dinero generó que Bancrédito tuviera una ganancia neta de ¢226,5 millones en febrero pasado”.
En la respuesta enviada sobre este tema se dijo claramente: “Es importante aclarar que los recursos del convenio con el Banco Nacional no se utilizaron para generar estas utilidades (…). Si no se hubieran creado estas estimaciones, las utilidades del mes de febrero habrían sido del orden de los ¢2.600 millones”.
Es decir, no se necesitaron y tampoco se utilizaron los ingresos anticipados de estos flujos para generar un resultado positivo durante el mes.
La Nación omitió esa respuesta del Banco a sus lectores y, nuevamente, en el editorial del jueves 16, afirma de manera sesgada que “con ese dinero el atribulado banco podrá informar a los supervisores financieros que logró ganancias. Así evitará las seis pérdidas mensuales en un año”.
Aumento de dietas. No es cierto que la Junta Directiva de Bancrédito se haya aumentado sus dietas, como lo afirmó la noticia de La Nación (27/2/2017). Lo cierto es que para el 2017 se presupuestó un monto estimado de dietas según el parámetro para calcular esas retribuciones, pero hay una clara diferencia entre presupuesto y gasto ejecutado. La Junta Directiva no se fija el monto de sus dietas. Lo hace el Consejo de Gobierno y este órgano estableció que se calcularan sobre el 10% del salario base del contralor. La ley también dicta que el máximo de dietas por remunerar a cada miembro de la Junta Directiva es de ocho sesiones al mes, entre ordinarias y extraordinarias, como única retribución económica.
En la respuesta que Bancrédito brindó a ese medio se dijo textualmente que “al no haber incremento (en el salario de la contralora), de un semestre a otro, el monto de la dieta se mantiene en ¢202.960”, pero La Nación omite la respuesta brindada y titula “Directivos de Bancrédito elevan 9% gasto en dietas en plena crisis”. La intención del diario se corona con el editorial en que afirma que “mientras tanto la Junta Directiva se aumenta la dieta en un 9,44%”.
Ruta. Finalmente, no es cierto que Bancrédito haya sido incapaz de señalar una ruta hacia su rentabilidad, como acusa el editorial.
El Banco está ejecutando un plan destinado a brindar mayor eficiencia y rentabilidad a la organización y además está abocado a renovar su estructura operativa y administrativa y su enfoque de negocios a mediano plazo. Sabemos que este proceso, de unos 24 meses, generará un periodo de bajas utilidades mensuales, pero también sabemos que Bancrédito saldrá renovado y fortalecido.
Las primeras acciones ya están rindiendo sus frutos: con la venta de bienes adjudicados se han generado más de ¢2.700 millones entre octubre del 2016 y marzo del 2017 y por movilidad laboral voluntaria y cierre de plazas vacantes se ha logrado un ahorro cercano a los ¢875 millones anuales. Ambas acciones, ya a corto plazo, están contribuyendo a fortalecer nuestros indicadores de eficiencia y rentabilidad, tal como lo tenemos planeado.
La autora es directora de gestión corporativa de Bancrédito.