Peter Draw, un talentoso joven dibujante singapurense, tiene en su colección de logros dos récords Guinness relacionados con su actividad artística. Pero jamás había visto tan de cerca, y en toda su magnificencia, un volcán. Tampoco había comido nunca gallopinto ni mucho menos conocía la expresión “pura vida”.
Hasta que su entusiasmo y espíritu de servicio coincidieron con los de la profesora Sonia Barrantes Araya, directora de la escuela de Poasito, y en siete días de intensa actividad Peter se extasió con la belleza del volcán Poás, disfrutó del arroz y los frijoles, fue torero improvisado –y horrorizado– en unas fiestas para recaudar fondos para la escuela, celebró un gol en un partido de futbol en el gimnasio, mostrando orgulloso su camiseta con el “pura vida impreso” en el pecho, y vio cumplido su sueño de contarle al expresidente Óscar Arias lo que lo había traído a Costa Rica.
Siete días intensos en los que materializó su proyecto de convivir con los niños de una zona afectada por un terremoto reciente, para recoger una colección de dibujos y mensajes de aliento y apoyo que en estos momentos está entregando a los escolares de las escuelas japonesas más afectadas por el sunami de marzo. Peter dejó atrás muchas lágrimas, pero regresó a Asia con una carpeta llena de solidaridad y amor infantil costarricenses y su sonrisa de niño grande iluminándole el rostro.
Esta será una de las intervenciones que recordaré con más cariño de mi gestión como embajador en Singapur, que recientemente concluyó, al emprender ahora un nuevo recorrido desde nuestra representación en India. Un mundo diferente que será un descubrimiento sin fin, como acertadamente describió un diplomático francés la experiencia de vivir en este alucinante subcontinente, y una tarea de la que espero derivar los mayores beneficios posibles para el país.
La vivencia de Peter y otras similares han contribuido a cimentar la vía hacia este pequeño paraíso del sudeste asiático que es Singapur. El horizonte está despejado ya. Ahora se nos conoce y se nos reconocen nuestras virtudes. En manos propias está entonces el aprovechar la diversidad de oportunidades y posibilidades que encierra este excelente ejemplo de cómo se pueden hacer las cosas cuando hay clara visión de futuro, determinación, liderazgo, disciplina y organización.
Singapur espera la llegada de muchas misiones costarricenses, como la reciente visita del Dr. Olman Segura, presidente ejecutivo del INA, quien con atinada intención desea aprovechar las bondades del sistema de educación técnica singapurense para potenciar y mejorar nuestro sistema.
El Dr. Segura recorrió el Institute of Technical Education, homólogo potenciado de nuestro INA; el National Institute of Education, formador de formadores, un campo aún inmaduro en Costa Rica, y el Temasek Polytechnic, ejemplo de ese nivel medio que tanta falta hace también en nuestro sistema educativo.
Educación abre brecha. Curiosamente, han sido propuestas relacionadas con educación y con personas jóvenes en las que obtuvimos más y mejores frutos en las relaciones bilaterales con Singapur. La razón es muy sencilla: son las instituciones costarricenses que han respondido decididamente a las convocatorias y han venido a explorar posibilidades.
Gracias a eso hay en este momento 14 estudiantes de la National University of Singapore (NUS) –la número 33 en el mundo– haciendo un curso de verano en biología tropical en nuestro país, y sorbiendo conocimientos de campo en Monteverde, el Cerro de la Muerte, La Tirimbina y Ostional. De igual forma, Isaac Rojas y Melissa Muñoz, dos estudiantes de biología costarricenses, comparten en este momento con jóvenes de distintos países cinco semanas de cursos en NUS.
Sin embargo, la estrategia Asia Pacífico en que está empeñado nuestro Gobierno y que responde a una acertada y oportuna iniciativa de la política exterior costarricense, va muchísimo más allá que eso. Es un esfuerzo integral que demanda la presencia de todos los sectores, no solo el educativo. Y es más que evidente que las instituciones públicas y el sector privado están todavía en deuda con el cometido nacional de abordar la inserción en Singapur y en esta región como un todo, coordinada y exhaustivamente.
Ha habido, además, una inversión considerable de recursos para consolidar las embajadas de la región Asia Pacífico y dotarlas del mejor personal posible, lo que permitirá fortalecer el vínculo con las contrapartes locales que están llamadas a crear y mantener las misiones diplomáticas.
Jóvenes profesionales entusiastas y decididos han asumido el difícil reto de dejar atrás las zonas de confort que depara el entorno doméstico, para vivir esta experiencia y sumarse a un esfuerzo nacional que merece más apoyo y actitudes positivas que desinterés o juicios aventurados.
Singapur, India, China, Japón, Corea y Catar son realidades muy diferentes y distantes pero a todas las une el elemento común de ser destinos vitales a los que nuestro país ha decidido apostar con valentía. Asia se levanta como un gigante y deja una huella profunda en el mundo; Costa Rica debe marchar a su lado, con inteligencia.