El sátrapa se niega a reconocerlo, pero, como en Comala, los muertos hablan. Ya ningún azteca de por allá se atreve a callar que en los años veinte, sí entre otros en el gobierno de Calas, hubo una matazón de cristianos, y se mataba… a cristazos. Y en Polonia, mal harían entre la opinión pública y el gobierno del signo político que sea, de negar que en 1943, en Jedwabne, católicos mataron salvajemente a unos tres mil judíos, por ser nietos del traidor. Reconocer los hechos es la única manera de avanzar como pueblo y como humanidad.
¿Que eso no tiene nada que ver con Costa Rica, me dices? Pues quitemos el velo y los trapos sucios, en el Codo del Diablo, en la misma guerra de liberación del 48, en Alajuelita, aquí no más por Curridabat, etc.
¿Por ser centenario queda enterrado el caso de Armenia? Si el mismo Hitler lo desenterró al estilo tico: ese escándalo no duraría tres días… y aquí estamos ayudando a quitar esos polvos. Gracias, Parlamento alemán: existe algo todavía que antes llamaban conciencia. Y no se trata de discutir si fue genocidio o no…. ¿La palabra no existía, ergo tampoco el hecho? Pues los muertos que vos matasteis… están muertos, pero siguen gritando.
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