La idea de crear una ciudad modelo como Singapur en Centroamérica o el Caribe, no es nueva. Para ello se propone dedicar una región de Honduras o incluso Guantánamo. ¿Qué tal dedicar una región especial en Costa Rica? La idea probablemente ya está en marcha y la marca Limón Ciudad-Puerto pudo haber sido un comienzo. El concepto de crear una ciudad ultramoderna en un pueblo de pescadores hace 50 años en Singapur, parecía una locura pero esta pequeña miniciudad-Estado ha alcanzado envidiables índices de países desarrollados en un tiempo milagroso. Parte del éxito de ciudades como Singapur es la inversión en infraestructura.
La infraestructura no se compra a la vuelta de la esquina. Panamá ha venido invirtiendo en infraestructura hace mucho tiempo y se posiciona como centro mundial de logística. Sin ningún canal y en un área más pequeña que la mitad del cantón de Pérez Zeledón, Singapur apostó al futuro con obras claves, como terminales portuarias, para posteriormente convertirse en el centro comercial del sudeste asiático. Los tigres asiáticos invierten en promedio 12% de su PIB en infraestructura mientras Estados Unidos se rezaga invirtiendo menos del 3% del PIB en una infraestructura enfocada para ciudades dispersas e ineficientemente creadas para los carros.
Infraestructura verde y eficiente como trenes, hace que una ciudad densamente poblada como Hong Kong tenga la huella de carbono per cápita más baja del mundo en transporte. Diariamente, el metro moviliza 1,8 millones de personas. A través de buena zonificación, el sistema se fusiona con establecimientos comerciales que lo convierten en una institución totalmente rentable, a diferencia de metros europeos que reportan enormes pérdidas anuales y deben ser subsidiados. El metro se une a un admirable sistema con buses, ferris, aceras, escaleras eléctricas públicas, obras peatonales y ciclovías, de manera que logra que el 90% de su población utilice el transporte público.
Este estilo de vida que se vincula con que las mujeres de Hong Kong sean de las más longevas del mundo. Las ciudades más compactas, verticales, vibrantes e inteligentes que han surgido en Asia, nos ofrecen muchas ideas para planear un futuro más competitivo y sostenible. Lástima para ellos que su electricidad venga en su mayoría de plantas de combustible fósiles que contaminan el aire.
En la ciudad de Limón vendrá de energías renovables.