Don Fernando Zumbado , en el Foro de LaNación del 20 de mayo pasado, comenta aspectos de reformas a la Ley del Sistema Financiero para la Vivienda, que me parece es interesante y debe promover más que nada a un análisis profundo de la efectividad de esa Ley y sobre todo aceptar las críticas sanas que al llegar a los veinticuatro años de existencia de esa Ley, se podrían dar.
En 1979, por instrucciones del presidente de la República, Rodrigo Carazo O.; el Lic. Heriberto Pereira (+); don Cristóbal Zawadsky y el que suscribe, nos abocamos a estructurar un proyecto de Ley para el ordenamiento de todo el Sistema Financiero para la Vivienda.
Meses de trabajo intenso nos permitió redactar un proyecto de ley presentado a la Asamblea Legislativa en el año 1980, incluyendo la creación del Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi),del Fondo Nacional para la Vivienda (Fonavi), del Fondo de Subsidios para vivienda (Fosuvi) y la incorporación de las Entidades Autorizadas al Sistema.
Fue hasta en 1986, con la incorporación del tema de vivienda en la campaña política, en que por acuerdo de los dos partidos mayoritarios se integró una comisión bipartidista, en la cual pusimos a disposición ese proyecto, con el apoyo de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (AID). El 20 de abril de 1986 el diputado Luis Villalobos (+), ya finalizando ese período legislativo, presenta el proyecto a la Asamblea Legislativa, que lo aprueba por unanimidad, en noviembre de 1986.
En ese proyecto se estipuló: El Bono Familiar para la Vivienda como una hipoteca a pagar por el beneficiario a 25 años plazo. Los diversos títulos de captación de recursos con el aval del Fondo de Hipotecas Aseguradas(FHA); una donación que hizo la AID de $50 millones para capital semilla del Banhvi y el traslado del Departamento Central de Ahorro y Préstamo (Decap) del Banco Crédito Agrícola que por 16 años estuvo en ese Banco. En 1990, en el gobierno del Lic. Rafael Ángel Calderón, el bono pasa a ser una donación.
Corregir errores. Me parece que se justifican las modificaciones que están en la corriente legislativa que menciona don Fernando Zumbado, pero creo que es más urgente un análisis profundo para corregir los errores que con esta ley se han cometido.
Primero que nada, el manoseo en las campañas políticas del bono de vivienda, instrumento social ejemplo en América Latina, hace hoy imposible llegarles a los costarricenses con toda transparencia. El Banhvi, cuestionado en sus indicadores financieros y su papel más importante, como proveedor de recursos financieros estables y de bajo costo es prácticamente nulo; El FHA, en el cual siempre creí y que se retiro de su aplicación sin saber qué paso con esos fondos; el aporte de $50 millones de la AID para capital de semilla, ¿qué se hizo?
Hay muchas incógnitas, cuestionamiento y hasta frustración de ver una buena Ley que nos permite solidarizarnos con los más necesitados de vivienda en este país y que al fin es muy poco lo que realmente se ha hecho.
El Banhvi y las entidades autorizadas deben ser instituciones financieramente sólidas para el cumplimiento de sus objetivos sociales que son su razón de ser. Sacrificar con un 10% al Fondo de Subsidios para remendar debilidades más profundas, creo que no es la solución.
Solidaridad. Tenemos que ser solidarios con las familias de bajos ingresos para que tengan un techo digno, pero también hay una clase media y media baja, que a diario están expuestas en sus deudas a los picos altos de la economía y que ven la solución de su vivienda cada vez más lejos.
Pregunto: ¿Ha cumplido la Ley del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda con las aspiraciones de todos los costarricenses al posibilitarles una casa digna y propia para su familia?
Siempre recuerdo que don Pepe Figueres, comentando en una ocasión los altísimos costos financieros y de los materiales de construcción, me expresó:
“Que vaina, nos están quemando a todos la candela por los dos lados”.