Desde hace muchos años nuestro país viene sufriendo un desencanto de la ciudadanía con sus líderes políticos y, si bien hay varios factores para ello, me parece que uno de los más significativos es el de la incoherencia con que muchos políticos actúan, ya que un día hacen o dicen una cosa y, cuando a ellos les conviene, otro día hacen o dicen otra cosa totalmente diferente, sin importar lo que antes dijeron o hicieron.
Otra de las molestias que nuestro pueblo evidencia con la clase política, es la forma tan fácil con que algunos menosprecian nuestro régimen jurídico, ya sea violando la ley o al menos no respetándola, que al final es casi lo mismo. ¿Qué clase de líder puede ser un político que no respeta ni acepta lo que la ley dispone?
Participación en política. En nuestro sistema político electoral, la Ley (Código Electoral) define claramente cuáles funcionarios públicos pueden participar en política y éste es el caso de las y los diputados, regidores y alcaldes municipales. Ese grupo son más de 1.250 ciudadanos, no tiene restricción alguna para participar en política, pese a ostentar tan importantes cargos de representación popular.
Además, la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Elecciones, desde 1998 en varias resoluciones de recursos de amparo y consultas electorales, claramente ha reconocido y hasta consolidado el derecho a la participación política de los alcaldes municipales. En algunas de esas resoluciones se analizó el caso concreto del alcalde de San José, don Johnny Araya Monge, y el Tribunal siempre resolvió a favor de don Johnny y de su derecho a participar en política electoral.
Pese a lo que dice la Ley y a lo que ha resuelto el TSE, en los últimos días don Rodrigo Arias ha cuestionado públicamente y atacado a don Johnny Araya, acusándolo de faltar a la ética por ser al mismo tiempo alcalde municipal de San José y precandidato dentro del Partido Liberación Nacional. Para don Rodrigo, de nada vale lo que la Ley diga o lo que diga el TSE, lo importante es cuestionar a su contrincante e intentar con ello mejorar su posición dentro de las encuestas de opinión que lo ponen en una posición muy retrasada con respecto al apoyo popular que viene recibiendo don Johnny.
Doble moral. Lo más preocupante de todo esto, es que don Rodrigo, hace tan solo 2 años, recorría las calles y parques de muchos cantones nacionales, abrazando y apoyando las intenciones de reelección de muchos alcaldes municipales del PLN para las elecciones locales de diciembre del 2010, haciendo política con ellos y a favor de ellos, sin importarle en aquel momento que los alcaldes a los que él estaba apoyando estuvieran ejerciendo al mismo tiempo su cargo y su candidatura.
Jamás criticaré a don Rodrigo por apoyar a esos alcaldes municipales ni por hacer política con ellos para que ganaran sus elecciones; yo mismo lo hice en algunos casos. En lo que no puedo estar de acuerdo es que, en noviembre del 2010, eso a don Rodrigo le pareciera muy bien y muy correcto y ahora, solo por que a él le conviene, le parece que don Johnny, por hacer lo mismo que hacían quienes don Rodrigo apoyaba, deba ser objeto de sus ataques y críticas, acusándolo de faltar a la ética.
Ese es el tipo de actitudes que nuestro pueblo reprocha, esas son las incoherencias que debemos desterrar de la política costarricense.