Editorial

La inflación institucional

La caótica proliferación de entes públicos detiene nuestro desarrollo y bienestar

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La inflación económica ha dejado de ser –al menos por ahora– un problema para el país. Pero la inflación de nuestro Estado, que se refleja en el aumento de instituciones, no de precios, se ha convertido en un desafío de enorme magnitud y nefastas consecuencias. La proliferación, complejidad, dispersión, limitada rectoría y débil coordinación en los entes públicos entraba la función del Estado, reduce la gobernabilidad, duplica funciones, incrementa el gasto, cercena la competitividad, entraba las regulaciones, estimula la corrupción y fomenta las ineficiencias públicas y privadas. Como resultado, vulnera severamente el bienestar general.








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