Editorial

Filas de madrugada

Es difícil reclamar a los ‘gavilanes’. Por ¢10.000 llegan al hospital a medianoche, duermen afuera, cobijados como pueden, y esperan hasta lograr la cita

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Cualquier día, en la madrugada, una mujer de Cubujuquí hace fila fuera del hospital de Heredia. Su primo, su madre y un tío ocupan otros tres puestos en la fila. Fueron contratados para obtener citas médicas en nombre de sus vecinos. Son “gavilanes” y la comunidad lo sabe. Parte del trámite de una cita en la seguridad social es presentarse el día antes en la casa de la mujer con ¢5.000 o ¢10.000 en la mano.








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