Editorial

El dictador expuesto

Fidel Castro intentó responder a Obama y un joven compositor cubano se enfrentó al dictador

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Toda persona medianamente sensata que haya leído el mensaje que Fidel Castro dirigió al “hermano Obama” y publicó el lunes su prensa oficial, habrá llegado fácilmente a varias conclusiones. Una: el dictador en retiro no solo fue sorprendido y confundido, sino también expuesto y desarmado por las inspiradoras palabras del presidente estadounidense, dirigidas al pueblo cubano durante su reciente visita a la Isla. Otra: encerrado en sus delirios y aferrado a sus atavismos, el decadente patriarca ya no es capaz de argumentar; apenas puede garabatear inconexos balbuceos históricos. Y una más: consciente de su marginación presente e incapaz de perfilar el futuro, padece la agonía de un pasado casi onírico, plagado de fantasmas, invenciones, imprecisiones y soberbia.








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