Pugna en Washington

Los republicanos deben evitar la tentación aislacionista

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El impulso de la nueva mayoría republicana en el Capitolio se ha extendido a la política exterior de Estados Unidos. Como parte de una serie de iniciativas dirigidas a reducir el gasto público, los impuestos y el tamaño del Gobierno, la Casa de Representantes debate actualmente un proyecto de ley que recortaría ciertas asignaciones de asistencia externa, refundiría varias entidades oficiales en el Departamento de Estado y condicionaría los futuros desembolsos bajo diversos programas internacionales del Ejecutivo. El plan republicano, de inconveniente carácter aislacionista y con probabilidades de ser aprobado en ambas Cámaras, es rechazado enfáticamente por el presidente Bill Clinton y promete vetarlo por considerar que ata sus manos en el ámbito diplomático. La respuesta de los promotores es que se trata únicamente del ejercicio de las prerrogativas legales del Congreso.








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