El Índice de Gestión Municipal (IGM) de la Contraloría General de la República valora los servicios ofrecidos por 81 gobiernos locales en todo el país, así como la participación de los ciudadanos, la transparencia y otros aspectos (61 en total) para asignar una nota a cada municipalidad y así tener una idea de su eficacia. En el 2016, solo una docena de cantones logró superar la nota mínima de 70, con San Carlos a la cabeza dado su puntaje de 87.
Peor noticia todavía es el retroceso generalizado en relación con los índices de los cuatro años anteriores (2012 al 2015). Veintitrés gobiernos locales avanzaron en el 2016, pero el resto experimentó retrocesos. Como es de esperar, las municipalidades con mayor presupuesto, mejor índice de desarrollo humano y menos territorio son las mejor calificadas, pero ese primer grupo de gobiernos locales también perdió terreno en relación con años anteriores.
El dato es importante porque apunta a la existencia o agravamiento de problemas de gestión generalizados, más allá de las diferencias económicas, geográficas y poblacionales de los 81 cantones. Ninguna de las cuatro categorías establecidas por la Contraloría para efectos de análisis, partiendo de los cantones más favorecidos en el grupo A hasta llegar a los enfrentados con condiciones más difíciles, en el grupo D, logró una mejoría.
LEA MÁS: Municipios mantienen rezago en aseo de vías, manejo de basura y planificación
Los gobiernos locales con condiciones más favorables tuvieron una calificación promedio de 65,59 %; los del siguiente grupo, 58,09 %; y los del grupo C, 49,53 %. Los cantones con condiciones menos favorables apenas alcanzaron una calificación promedio de 44,82 %. Según la media, ningún grupo aprueba.
En parte, los problemas de los gobiernos locales se relacionan con dificultades políticas cuya importancia se magnifica en el plano cantonal, mucho más mientras menos poblado sea el cantón. La Contraloría señala la imposibilidad de brindar servicios financiados con tasas desactualizadas o inexistentes. Pero actualizar o crear las fuentes de financiamiento es un tema sensible en la política local, donde un manojo de votos puede volcar una elección o el enojo de algún grupo organizado puede crear significativos problemas de gobierno.
El mantenimiento de parques, el aseo y el ornato se unen al manejo de desechos para ejemplificar servicios municipales brindados con escasos recursos en la mayor parte del país, es decir, con escasa calidad. Sin embargo, hay deficiencias en áreas donde la inversión requerida para mejorar es modesta. La transparencia de la gestión municipal está lejos de la deseable, así como la participación de los ciudadanos en las instituciones que deberían estar más próximas. La planificación brilla por su ausencia en casi todo el país y la rendición de cuentas es débil.
En áreas donde las municipalidades sí están obligadas a invertir, como el mantenimiento de las vías cantonales, el financiamiento mejoró gracias a transferencias presupuestadas para este año. Sin embargo, en muchos gobiernos locales hay graves problemas de ejecución. La incapacidad para gastar o invertir los recursos de forma apropiada está entre los defectos más graves de la gestión municipal desde hace mucho tiempo.
El IGN procura convertirse en un instrumento analítico para mejorar la gestión y el bienestar ciudadano. Es un instrumento de gran importancia para guiar el trabajo del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), la Unión Nacional de Gobiernos Locales, el Ministerio de Planificación y las Federaciones de Gobiernos Locales. Todas esas instituciones, y las propias municipalidades, deben agradecer a la Contraloría la identificación de las prioridades.