Editorial

La cumbre interrumpida

Los desplantes de Daniel Ortega reflejaron uno de los grandes desafíos de la Celac

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El irrespeto, arbitrariedad, prepotencia e intransigencia con que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, actuó durante la tercera cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en nuestro país, puso de manifiesto uno de los mayores desafíos que enfrenta esa entidad: la determinación de un minúsculo, pero virulento, grupo de Gobiernos –que también incluye a Bolivia, Cuba y Venezuela– de convertirla en instrumento de sus más estrechos fines políticos.








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