Editorial

Cuestión de sentido común

Las limitaciones impuestas a la generación eléctrica privada afectan a todos los estratos sociales, dañan el ambiente, merman la competitividad y ponen cortapisas al desarrollo

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La naturaleza pide a gritos la incorporación del sector privado a la generación eléctrica. El viento sopla con fuerza en el verano, cuando no hay lluvia, y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) se ve obligado a intensificar el uso de los hidrocarburos para satisfacer la demanda nacional. El aporte de las plantas hídricas privadas, afectadas como las del ICE por la falta de precipitaciones, en cualquier caso ayuda a suplir el faltante.








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