Editorial

Balas perdidas

Costa Rica debe repensar la política de venta, posesión y portación de armas. No debemos ser un país de balas perdidas y tampoco una sociedad armada

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Una bala perdida viajó trescientos metros, ingresó a la casa donde descansaba Claudia Rosa Fajardo, trabajadora doméstica y madre de cuatro hijos, y le quitó la vida. La víctima no podría ser más inocente. Estaba sentada en la cama, con la vista fija en el televisor, cuando la bala atravesó una pared de fibrocemento y se le incrustó en la cabeza.








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