La Universidad Earth, fundada por ley de la República de 1986, está celebrando el vigésimo aniversario de su funcionamiento formal. Si el transcurso del tiempo constituye de por sí un dato sobresaliente, por la naturaleza de la institución, estas dos décadas alcanzan un relieve particular por su contenido específico, que le ha merecido las más altas calificaciones y la admiración en el orden nacional e internacional.
Su labor y su historial representan un honor para nuestro país, así como un sonoro mentís para quienes, desde el anuncio de su establecimiento, hicieron todo lo posible para desacreditarla. Sus patrocinadores, la fundación W. K. Kellog y la Agencia de los EE. UU. para el Desarrollo (USAID), así como sus fundadores y colaboradores, que no se dejaron intimidar, hoy recogen sus sazonados frutos.
Estos se palpan en su dimensión cualitativa, en el orden académico e investigativo; en sus relevantes logros, reconocidos internacionalmente; en la calidad de sus profesores y de sus graduados, en su responsabilidad social, en la composición de su alumnado, en la formación de líderes y en la ejemplar aplicación de los principios y valores referentes a la sostenibilidad.
Este bagaje enriquece, a su vez, el sistema universitario nacional y se proyecta con paso firme, dada su reconocida capacidad de innovación, hacia la conquista de nuevos horizontes. El pueblo de Costa Rica ha contraído una deuda de gratitud con este centro universitario, silencioso, fecundo y consagrado a lo suyo, lejos de toda algarabía ideológica, de tan funestas consecuencias en el quehacer universitario latinoamericano.
Esta actitud académica y ética le ha permitido crear el ambiente necesario interno y su réplica en África, Asia, Europa y EE. UU. Gracias a esta visión, la Earth fue citada en el planteamiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas.
La Earth coordinó, en 1994, el proyecto de investigación “Chagas Space”, a cargo de diversas universidades e instituciones; trabajó en el proyecto internacional sobre el cambio en el modelo de enseñanza, fue la primera universidad latinoamericana en presidir el Consorcio Global de Educación Superior e Investigación en Agricultura y su rector, José Zaglul, recibió el título de doctor honoris causa por la Universidad de Chatham, en reconocimiento a 20 años de servicio en el campo de la sostenibilidad y la formación de líderes. Otras actividades y abundantes logros ponen de manifiesto su inserción en las redes académicas mundiales y de investigación.
Se ha distinguido la Universidad EARTH por la formación de líderes en estos 20 años en una facultad internacional ad hoc, con 40 profesores de amplia experiencia docente. El 80% de sus estudiantes ha contado con apoyo financiero total o parcial, pero estos pueden involucrarse en la creación de nuevos productos y negocios, lo que convierte a la universidad en incubadora de empresas.
Con esta mentalidad ha graduado a 1.457 profesionales procedentes de 25 países. El 77% de estos se ha proyectado en la conservación de la biodiversidad, el manejo y conservación de suelos y aguas, y el manejo desechos.
Su labor en el campo de la sostenibilidad, demostrada con una larga lista de hechos fehacientes, ha servido de ejemplo e inspiración en el mundo, prueba palpable de que esta amplitud de criterio, ajeno a todo radicalismo ambiental, es el camino que se ha de seguir en el campo universitario y político.
Celebramos así, en este vigésimo aniversario de la Universidad Earth, el triunfo de la libertad académica, con responsabilidad social, y la fecundidad de los valores encarnados en la enseñanza diaria y en la realización personal. Pocas instituciones han hecho tanto en nuestra historia en tan poco tiempo.