Editorial

Urge reparar los daños causados por Nate

La reparación podría costar el equivalente de varios puntos porcentuales del PIB. Debe ser ejecutada con independencia de la situación de las finanzas públicas, que son deficitarias

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En pocos días, la tormenta Nate causó enormes daños en la infraestructura vial del país, destrozó viviendas y edificios escolares, entre otros, y cargó de penas a muchas familias que, por ahora, dependen de la ayuda pública. El Estado debe proceder, con urgencia, a identificar y reparar los daños, de conformidad con una cuidadosa lista de prioridades. La tarea, cuyo costo podría ser el equivalente de varios puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB), debe ser ejecutada con independencia de la situación de las finanzas públicas, que son deficitarias. Habría sido mucho mejor contar con un superávit fiscal en los años de vacas gordas para tener lo necesario en los de vacas flacas, pero solo queda aceptar la situación tal como es.








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