Trampa fiscal

La reducción del presupuesto sería muy positiva, pero no hay que caer en el error de pensar que con eso se arreglan los problemas de fondo

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El presidente Luis Guillermo Solís, en declaraciones brindadas a La Nación la semana pasada, manifestó que habrá recortes en el presupuesto ordinario de la República para el 2016, pero no puntualizó cuáles serían esos recortes. Se limitó a decir: “Los recortes serán sumamente fuertes para dar fe de la voluntad del Gobierno de no quitarle prioridad al tema del gasto público”. De concretarse, sería muy positivo. Pero no hay que caer en el error de pensar que, con eso, se arreglarían los problemas de fondo. Podría ser una trampa fiscal.








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