Editorial

Protesta ilegítima

La legitimidad de una manifestación no se gana con permitir la circulación lenta o parcial, sino con el pleno respeto a la libertad de tránsito de los demás

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El derecho a manifestarse no comprende la facultad de impedir el ejercicio del libre tránsito, un derecho de idéntico valor. En ocasiones, el ejercicio de ambas garantías constitucionales exige armonización. Los ciudadanos tienen la obligación de tolerar la interrupción del tránsito en el tanto sea indispensable para permitir la manifestación, pero la protesta no puede tener la interrupción del tránsito como fin en sí mismo.








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