La modernidad llega con ímpetu a las compras del Estado. A partir de agosto, el Instituto Costarricense de Electricidad y el Instituto Nacional de Seguros servirán de pioneros en el uso del sistema Mer-link, un modelo importado de Corea y aplicado en Costa Rica con la colaboración de esa nación asiática. Las dos instituciones estatales podrán adquirir bienes y servicios mediante procesos ágiles y transparentes, basados en la Internet.
Otras doce entidades públicas hacen fila para incorporarse al sistema, incluidas dos municipalidades y verdaderos gigantes en materia de adquisiciones, como la Caja Costarricense de Seguro Social y el Poder Judicial. En conjunto, las dos entidades pioneras y las doce que pronto les seguirán dan cuenta del 80 por ciento de las compras de bienes y servicios en el sector público.
El sistema, dice Alicia Avendaño, directora de la Secretaría Técnica de Gobierno Digital, sirve para una amplia gama de negociaciones: “Desde lapiceros hasta materiales para construir una carretera municipal”. Sirve, también, para tramitar los pagos y aun las apelaciones y otros recursos concedidos por la Ley a los oferentes.
Novecientos quince proveedores están inscritos hasta la fecha y el número crecerá con rapidez cuando Mer-link entre en operación y alcance su plenitud. Por su parte, las instituciones interesadas ya publicaron 1.731 carteles con el detalle de sus necesidades. Por lo pronto, los proveedores se ahorran hasta $2.000 por cabeza en papeleo superfluo, pues la plataforma digital se encarga de tramitar las certificaciones requeridas para conducir las negociaciones electrónicas. Más difícil de estimar es el ahorro para el Estado, producto de la agilidad y, también, de la transparencia. Los expertos coinciden en que será significativo.
La primera fase de ejecución de Mer-link quedó lista con el registro de proveedores, la conformación del catálogo de productos y la publicación de los carteles iniciales. La segunda, programada para agosto, consiste en el pleno funcionamiento de los mecanismos necesarios para efectuar licitaciones, remates, subastas, contratos y pagos. A partir de ahí, el sistema crecerá por inercia, bajo su propio impulso.
La apertura de Mer-link es un importante paso adelante, como en su momento lo fue el TICA (Tecnología de Información para el Control Aduanero), ejecutado con apoyo del Gobierno uruguayo, para agilizar los trámites aduaneros, mejorar el control y por esa vía incrementar la recaudación. El proyecto demostró su utilidad en todos los flancos, pero a costa de abrirse camino entre una maraña de intereses creados.
La automatización del proceso aduanero y la eliminación de papeleo debieron contar, desde el inicio, con un apoyo entusiasta, pero la consecuencia última del TICA es el control y la transparencia, conducente al incremento en la recaudación fiscal, buena para el país y no tanto para algunos sectores.
Mer-link tendrá obstáculos parecidos, y en uno y otro caso, Costa Rica deposita sus esperanzas de éxito en el liderazgo de Alicia Avendaño. La funcionaria necesita y ha obtenido el apoyo de una larga sucesión de ministros de Hacienda, pero el tesón demostrado hasta ahora es una cualidad personal que la justicia manda reconocer.
Los dos proyectos son de gran complejidad técnica, pero no es menos meritorio el manejo político en medio de tantos intereses encontrados. No son los únicos avances del gobierno digital. Sin embargo, su carácter polémico, su impacto nacional y los buenos augurios implícitos para el empleo de las nuevas tecnologías, los hacen particularmente notables.
El camino abierto por Alicia Avendaño y quienes le han prestado apoyo técnico y político ya no se puede cerrar.