La economista Edna Camacho lanzó una primera mirada a la economía del 2016 en ocasión del encuentro de economistas auspiciado por el Colegio de Licenciados en Ciencias Económicas de Costa Rica, celebrado la semana pasada. Es importante retomar y complementar esa mirada.
En particular, interesa examinar cinco variables: las perspectivas de la economía internacional y sus repercusiones en países como el nuestro, la probable evolución del producto interno bruto (PIB) en Costa Rica, la inflación interna, el tipo de cambio y las tasas de interés.
k Economía internacional. Según el Fondo Monetario Internacional (World Economic Outlook), la economía mundial se recuperará levemente en el 2016. El crecimiento promedio real subirá de un 3,1% en el 2015 a un 3,6% en el 2016, de la mano de países avanzados (2,2%), en particular los Estados Unidos que continuará el ascenso iniciado este año (2,6%) para alcanzar una tasa de crecimiento del 2,8%. Japón y la Unión Europea tendrán crecimientos menores (del 1% y 1,6%, respectivamente), Asia bajará su tasa de expansión de un 6,5% este año al 6,4% el próximo, por la ralentización de China, y Latinoamérica pasará de una caída (-0,3%) influida por los precios del petróleo y otras materias primas, a un ligero crecimiento real (0,8%).
La inflación mundial continuará siendo muy baja (0,2% este año en EE. UU., pero con perspectivas de subir muy poco en el 2015); los precios del petróleo podrían repuntar algo en términos reales, según los analistas, sobre todo por estar denominados en dólares, moneda que ha comenzado a fortalecerse y podría hacerlo más en el 2016; y las materias primas también podrían reflejar algunos cambios moderados pues aún los afecta la menor tasa de crecimiento mundial, en especial de China.
Las tasas de interés, sin embargo, comenzarán a experimentar variaciones, probablemente a partir de diciembre de este año según se desprende de las actas del Banco de la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos, en las que varios directores expresaron su preocupación por posponer más la normalización de la política monetaria. En Europa, el bajo crecimiento del PIB (promedio) probablemente inducirá al Banco Central Europeo (BCE) a prorrogar su política monetaria acomodaticia por un período adicional.
k Tasas de interés y tipo de cambio. Para Costa Rica, las perspectivas del entorno internacional ofrecen retos y oportunidades. Los retos se asocian principalmente con el probable ajuste en las tasas internacionales de interés en EE. UU. y su impacto en el valor del dólar, los cambios en la rentabilidad relativa de la inversión financiera aquí y allá, y el impacto en los flujos de capital, así como algún derrame en la dirección de las tasas de interés. Cuando las tasas de interés comiencen a subir en respuesta a la normalización de la política monetaria de la Fed, podrían producirse menores entradas de capital y afectar el mercado cambiario.
Sin embargo, no es de esperar un impacto muy grande por varias razones: el BCCR tiene suficientes reservas para amortiguar choques externos; la diferencia entre las tasas de interés en Costa Rica y Estados Unidos es muy grande como para motivar fuertes cambios en las preferencias de los inversionistas, porque las entradas de capital relacionadas con la inversión directa (no motivadas por diferencias de tasas de interés) son las más significativas en Costa Rica y eso no tiene por qué variar. Habrá también entradas de capital público complementario (posible negociación de bonos con el Gobierno chino) y el nuevo régimen cambiario permitiría hacer ajustes en el tipo de cambio para mantener el financiamiento de la cuenta corriente de la balanza de pagos, si fuera necesario.
Entre las oportunidades, el mayor crecimiento real de la economía mundial será un gran incentivo para incrementar las exportaciones, sobre todo ahora que el efecto de la salida de Intel ha dejado de sentirse. Las exportaciones de servicios, particularmente turismo y otros de carácter profesional, también podrían mejorar, incrementando el flujo de divisas al país. Si sopesamos todos estos factores que incidirían en el flujo de divisas, podríamos visualizar un tipo de cambio relativamente estable el año entrante, con oscilaciones propias de la estacionalidad, moderadas por la flotación administrada del Banco Central.
k PIB. La producción real costarricense probablemente será mayor en el 2016 (cerca del 4%) que este año (2,8%). Hay indicios que apuntan en esa dirección, según mencionamos en editoriales anteriores. El índice mensual de actividad económica (IMAE) ha venido repuntando lenta, pero constantemente, en los últimos seis meses, en casi todos los sectores, menos la agricultura. Las exportaciones, según apuntamos, incidirán en el mayor crecimiento del PIB, al igual que las menores tasas de interés. Y eso nos lleva a considerar este sensible factor de crecimiento.
k Tasas nominales. Como bien apunta Edna Camacho, hay factores que señalan en direcciones contrarias en materia de tasas de interés. A la baja, la reducción en la tasa de política monetaria del Banco Central por un programa monetario más laxo, motivado por la existencia de una brecha en el producto (menor producción actual comparada con la tasa de expansión histórica), al igual que la nueva política de los bancos públicos y Hacienda a partir del Plan Impulso. Al alza, el eventual ajuste en las tasas de interés de la Fed, que probablemente será muy gradual durante el 2016, y la eventual presión fiscal si el impasse sobre la forma de reducir el déficit continúa. Sin embargo, si Hacienda negocia una nueva emisión en dólares con el Gobierno chino, el impacto en el mercado financiero en colones tendería a neutralizarse.
k Tasas reales. Todo el análisis anterior de las tasas de interés es en términos nominales. En términos reales, la perspectiva varía. La diferencia estriba en la inflación actual y esperada. Con una inflación de cero este año (o alrededor de ese nivel), las tasas de interés han subido en términos reales a pesar de que en términos nominales se hayan reducido un poco. En enero, la tasa básica pasiva era un 7,2%; en noviembre, cayó a un 6%. Pero la inflación se redujo más pronunciadamente, de un 5,13% en diciembre del 2014 a menos de cero actualmente. Al finalizar el año anterior, la tasa básica pasiva real era de apenas dos puntos porcentuales; hoy es de un 6%. Hay campo para reducirla más.
k Inflación. Es probable que la inflación repunte un poco en el 2016, pues difícilmente continuará la reducción de precios en combustibles y otras materias primas. Pero el repunte no será significativo, según han advertido el FMI y el BCCR. El primero dijo públicamente que la inflación podría rondar un 2% el año entrante, y el BCCR publicó la semana pasada un documento técnico intitulado Comportamiento reciente de las tasas de interés en colones: Prospectivamente no se estiman presiones inflacionarias, dada la evolución de los determinantes macroeconómicos de la inflación (brecha del producto, expectativas de inflación y agregados monetarios y crediticios). Al igual que el Banco Central, creemos que la inflación en el 2016 será baja y habrá espacio para reducir aún más las tasas de interés.
k Resumen. Las principales variables de la economía costarricense mejorarán en el 2016, comparadas con las registradas en el 2015. El PIB crecerá con más dinamismo, la inflación se mantendrá baja, aunque posiblemente un poco más elevada que el promedio del 2015; el tipo de cambio podría experimentar un comportamiento relativamente estable, quizás con ligeras variaciones hacia arriba que, en todo caso, serían saludables para la economía nacional, y habrá espacio para bajar más las tasas nominales de interés sin sacrificar el ahorro en términos reales. Pero no se deben lanzar campanas al viento. Las cosas podrían variar. No se han logrado avances substantivos en la situación fiscal por el impasse de los poderes Ejecutivo y Legislativo, y podrían presentarse choques externos aún no previstos. Si no se dieran, y se resolviere el impasse fiscal, se consolidarían los avances previstos en otras variables para el 2016 y se visualizaría un mejor 2017.