Tailandia, la legendaria tierra de Siam, de nuevo atraviesa un período de inestabilidad política. La actual crisis obedece a una escalada de protestas en contra del gobierno liderado por Yingluck Shinawatra, hermana del igualmente impopular exjefe del Ejecutivo, Thaksin Shinawatra, ahora en el exilio.
Los choques políticos tienen una honda raigambre en las rivalidades entre las masas rurales del noreste del país y la burguesía del entorno capitalino de Bangkok que domina la economía. Se combina con esta situación la impopularidad de Thaksin, quien gobernó desde el 2001 y cuya sombra ha afectado negativamente la gestión de su hermana Yingluck.
En el trasfondo del actual drama político destaca el viejo monarca Bhumibol Adulyadej, quien, pese a sus 86 años de edad, procura de nuevo equilibrar las pugnas sociales y partidistas que agitan al país. Lamentablemente, su hijo, el príncipe real Maha, inspira desconfianza debido a sus rumorados vínculos con la poderosa familia Shinawatra. Hay versiones sobre un cambio en la línea sucesoria que apartaría a Maha en favor de su popular y atractiva hermana. En todo caso, algunos de los príncipes, nietos del presente monarca, podrían ser también candidatos al cargo.
Sin embargo, el personaje central del presente guión es el jefe del Ejército, general Prayut Chanocha. El 19 de mayo, en una charla informal con empresarios, comentó de manera casual que había dado un golpe de Estado. El comentario tomó forma con el anuncio oficial del golpe el 22 de mayo y, acto seguido, el día 23, el general se designó primer ministro interino.
Cabe apuntar que esta partitura ha sido ensayada y puesta en escena por largo tiempo. El general goza de amplia experiencia en los repetidos golpes (19) de décadas previas, y abona una fama de excelente prestidigitador político. En la presente encrucijada, su talento estará a prueba.
Los primeros pasos de la Junta incluyen la reducción del toque de queda a una cuantas horas de la madrugada, a fin de restaurar la vida nocturna de turistas y residentes locales. Asimismo, se está gestando una comisión económica para asesorar al primer ministro y sus allegados.
Resulta primordial estimular la economía mediante nuevas inversiones originadas en el país y el extranjero. Los principales rubros son el turismo, la nueva tecnología, textiles y ropa, mobiliario, bebidas, tabaco, cemento y joyería. Tailandia es el segundo suplidor mundial de tungsteno y el tercero de estaño. Asimismo, es exportador de un amplio menú de comestibles. Su ganadería ha obtenido distinciones internacionales.
Pero la más conspicua actividad económica es el turismo. Las hermosas playas, hoteles de recreo de las grandes marcas y otros sitios de belleza ambiental y cultural atraen a miles de viajeros de diversos continentes.
No obstante, ya se producen llamadas de atención cotidianas sobre los excesos de la dictadura militar. El general del golpe recibe críticas diarias por la violación continua de los derechos humanos. Medios europeos denuncian la tiranía que se está gestando, y otros de diversas naciones afirman haber constatado que el nuevo régimen político se prepara para un prolongado mando de corte despótico.
Todas estas versiones son preocupantes y atingen a las tareas diarias de nuevos gerentes de empresas públicas y jefes de burocracias, entre otros. Dada la predominante fuente internacional del comercio, la industria y el turismo, los titulares del nuevo conjunto gubernamental deben dar muestra de eficiencia y, sobre todo, de apego a los derechos fundamentales de nacionales y extranjeros. Solo así Tailandia podrá recuperarse del reciente golpe y sus altibajos políticos.