Columnistas

Weblatría

EscucharEscuchar

Se sabe que un dogma laico se defiende por interés o se tolera por miedo: el poderoso corrupto cuenta siempre con mercenarios que le cubran la espalda, y se afirma que en Corea del Norte los escolares aprenden que el jefe del Estado no experimenta urgencias corporales. Pero hay casos inexplicables: hace poco insertamos en Facebook un comentario anodino que resultó como si, en medio de un desfile norcoreano, hubiésemos gritado que el amo Kim Jong Un consume papel higiénico. Una malinterpretación nos atribuyó el intento de satanizar la Internet, lo que nos llevó a acuñar el término “weblatría” para designar la adoración acrítica de la red (web) por parte de sus usuarios. Terminamos lamentando no haber hecho nuestras observaciones en el orden aplicado por un notable escritor europeo cuyo nombre se omite con el fin de dar oportunidad a los “wéblatras” de bucear en la red hasta identificarlo.








En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.