¿Desde hace cuánto escuchamos historias de corrupción en el trámite de licencias de conducir? Son historias de nunca acabar, porque siempre hay alguien que repite: “Me cobraron”, “Pagué”. ¿Hasta cuándo habrá solución? Y ¿realmente la habrá cuando se han dado despidos, intervenciones, investigaciones o allanamientos...?
Debería de haberla, pues los trámites de la cédula de identidad (con cero corrupción y mucha celeridad) y de la licencia de conducir (todo lo contrario) forman (o deforman) ciudadanos. Son los primeros trámites que, por lo general, anhela un joven al cumplir sus 18 años. Y lo que ocurre en ese trámite lo marcará por siempre en su relación con el Estado. Toparse con corrupción al apenas iniciar su vida ciudadana no solo lo desilusionará, sino que distorsionará su ideal de mundo y sus principios, si aún no son firmes.
En Internet hay confesiones de confesiones. Una es de un hombre que pagaba lo que fuera porque perdió la prueba. El dictaminador le inventó, al finalizarla, que irrespetó un alto.
“Se quedó en el carro 15 minutos hablando estupideces. Yo asumo que esperando que yo le ofreciera mordida y, honestamente, no andaba (dinero). Felizmente se la hubiera dado”.
Por abusos como este, urge simplificar el proceso, hacerse de tecnología de punta para lograr transparencia y, sobre todo, hacer “limpieza”.
Si a los conductores se les quitan puntos conforme acumulan infracciones, a los funcionarios también debería de aplicárseles la medida: perderán el empleo cuantas más denuncias registren. La ley que los protege debe reformarse, y también el sistema de trabajo: es claro, hace tiempo, que no pueden andar solos en el auto del aspirante. Allí, adentro, deben viajar más ojos supervisores y hasta una cámara de video.
Si el MOPT no da soluciones, debe salir del negocio (un buen negocio) y darlo a entidades del Estado o a la empresa privada.
La experiencia de tramitar licencias en el Banco de Costa Rica es de las más sanas, porque anuló gavilanes, corruptelas y aceleró todo, al punto de que en minutos se tiene el documento.
¿Cuál es el problema de dar un viraje en U y sacar al MOPT del trámite, y cederlo a una entidad competente?
El único pero sería la molestia de los funcionarios que han tolerado irregularidades hasta el hartazgo, porque, difícilmente, un ciudadano que ha pasado por allí saldrá a defenderles.