Los economistas solemos pensar (y presumir) que todo gira en torno a la economía. Esta vez, no. Lamento decepcionarlos. ¿Qué será, entonces, lo más interesante que podría suceder en Costa Rica en el 2015?
Pienso que será, por mucho, lo que acontezca en el mundo de la política. El 2015 se perfila como un año crucial. Tanto es así que los resultados de la economía y otras disciplinas sociales dependerán, en buena parte, del ajedrez político. El Gobierno se juega su futuro. Pero, también, colgarán sus pellejos al sol los empresarios, trabajadores y partidos políticos.
Los primeros cuatro meses serán de constante ebullición dentro y fuera de la Asamblea Legislativa. Se tratarán de cocinar, en las pailas, posibles acuerdos intrapartidistas para sellar el resultado final de la elección del Directorio legislativo el próximo 1 de mayo. Es harto difícil predecir la resultante. Hay dos escenarios, cada uno con variantes y diferentes resultados.
Uno es que el Gobierno logre amarrar un acuerdo para retener el control del Directorio y decidir la integración de las distintas comisiones. Es un escenario que, al día de hoy, se perfila poco probable. Pero, si lo logra, tampoco significa que podrá gobernar. Seguirá siendo minoritario en la Asamblea para aprobar reformas de fondo, como la fiscal. ¿Negociará con otros partidos políticos a base de una agenda legislativa común? Lo acontecido en el 2014 curó de espantos a la Unidad Social Cristina, fundamentalmente por el incumplimiento de lo pactado en torno al veto de la reforma procesal laboral (los vacilaron), el presupuesto nacional (impuesto a rajatabla por el presidente legislativo) y otras minucias. Difícilmente le darán el voto a un Gobierno que ha perdido credibilidad.
El otro escenario es un acuerdo entre partidos de oposición para controlar el Directorio, numéricamente posible, pero políticamente difícil. ¿Quién llevará la voz cantante? ¿Será un acuerdo ad hoc para elegir únicamente, o responderá a una agenda sustantiva de proyectos de ley? ¿Cuál sería su contenido? ¿Qué mensaje le darían al país? ¿Meterán sus narices los empresarios y sindicatos en la negociación? (Si no lo hacen, serían muy incautos).
Como ven, todas son interrogantes fascinantes para definir el futuro de Costa Rica, o, por lo menos, los resultados económicos y sociales del 2015. Será muy interesante observar los entretelones políticos en los próximos meses, no solo para percibir, sino para influir en el caldo que se cuece en la cocina.
El 1 de mayo habrá que aplanar, varias horas, el trasero frente al televisor.