En 1997, Islandia detectó que un 17 % de sus jóvenes de 15 años había probado marihuana y la práctica del consumo intensivo de alcohol, cuyo propósito es lograr la intoxicación en el menor tiempo, era cada vez más popular. Había, además, que considerar las consecuencias a largo plazo en la salud (ej. en cerebro, hígado y corazón) así como un aumento en accidentes, hospitalización, muertes y suicidios.
En el 2016, Dora Sigfusdottir, directora del ICSRA, presentó ante una Asamblea Especial sobre Drogas en las Naciones Unidas (2016) los éxitos e innovaciones obtenidos en el abordaje del problema, el que muy bien podemos adoptar en nuestro país.
Entre 1998 y el 2016, Islandia redujo de un 42 % de jóvenes que reconocían haber ingerido licor en los últimos 30 días a un 5 %, en tabaco se redujo de un 23 % a un 3 % y en marihuana de un 17 % a un 5 %.
El éxito fue la visión colaborativa de involucrar todos los actores que trabajaban por los jóvenes: padres de familia, educadores, investigadores, políticos nacionales y comunales, líderes deportivos, personal de salud, medios de comunicación y las empresas.
Los tres ejes del programa: incrementar el tiempo que comparten los adolescentes con sus familias, posponer la ingestión de alcohol hasta los 18 años, o más tarde, y aumentar la oferta de programas organizados y estructurados para adolescentes que contaran con la supervisión de adultos.
En Costa Rica, según estudios del IAFA, el tema es preocupante, en los jóvenes de noveno el ofrecimiento de tabaco, alcohol y marihuana en los últimos 30 días es alto, 7,9 %, 21,7 % y 12,6 %, respectivamente. Pero el ofrecimiento en el último año es aún más preocupante: 14,2 %, 35,4 % y 20,8 % respectivamente.
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Recordemos, además, que esta puede ser la puerta a drogas más fuertes y la muestra no incluye a los jóvenes que no están en el colegio y trabajan, ni los más de 150.000 que ni trabajan ni estudian (ninis) para quienes el “ocio puede ser la madre de todos los vicios”.
Rescato, también, del sistema islandés su enfoque holístico, el compromiso a largo plazo, la prevención a través de un cambio cultural para que los avances sean colectivos y no solo del joven. Recordemos que los amigos son una importante fuente de ofrecimientos. Otro asunto que resaltar es el reconocimiento de los adolescentes como actores positivos dentro del todo social.