Una vez más la platina es tema de conversación por excelencia y nuestros horarios, rutas y calidad de vida se rigen por su reparación. Siendo un tema tan trascendente, y seguros de que vendrán otras obras, vale la pena reflexionar sobre lo aprendido para evitar otro trance nacional.
Definido como “la construcción de un nuevo puente”, esperamos con optimismo que este sea el último capítulo de un problema irresuelto por muchos años.
La platina sigue desnudando los males de nuestro país, el peligro por nuestra vulnerabilidad ante la escasa infraestructura y el colapso que produce la falta de puentes y rutas alternas. Al problema se añade la falta de seriedad cuando se condiciona la permanencia de un ministro.
Se repite la falta de transparencia y rigurosidad en la toma de decisiones, como fue la fijación de una tarifa de buses especial que luego fue suspendida ante cuestionamientos técnicos y de legalidad.
Hubo, además, falta de previsión, haciendo coincidir cierres con las fiestas de Palmares, una causante histórica del colapso de la ruta 1, resultando sarcástico que el ministro del ramo fuera el dedicado del tope. El broche de oro será el inicio de clases.
El tren, la mejor alternativa para el transporte masivo en cualquier país, llega dichosamente en el último momento a Alajuela pero con escasa capacidad de horarios y limitado número de vagones. La última noticia es que por ello se sacrificará el servicio a Cartago.
Además de las miles de horas persona que el país ha perdido, el daño a la calidad de vida, la pésima imagen ante el turismo, además en temporada alta, y la pérdida de productividad del país, lo que más preocupa es la inseguridad a la que se ha expuesto a los usuarios por sobrecargas de pasajeros, según denunció un medio de comunicación. Esperamos se hayan tomado las medidas para evitar una tragedia.
El gobierno ha anunciado que próximamente se iniciarán importantes inversiones en infraestructura en los puentes del Virilla, el Saprissa y en varias rotondas en la vía de Circunvalación. ¡Enhorabuena!
Tan solo esperamos que los errores cometidos no se repitan, que haya una mejor planificación y acertada toma de decisiones que nos releven del calvario nacional que ha representado la reparación de la platina.