La inflación del 2013 fue la más baja de los últimos 40 años. Medida a través del Índice de Precios al Consumidor, la inflación terminó el año en 3,68%. Por medio de la Canasta Básica Alimentaria, el aumento del costo de vida aumentó 3,31%. Esto son cifras calculadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censo, entidad pública independiente del Gobierno y de entera credibilidad.
La baja inflación es una muy buena noticia que, lamentablemente, no todos aprecian. En este mismo periódico, el titular de primera página tenía una connotación negativa: “Baja inflación augura leve aumento en salarios”. Parece que es una mala noticia que, ante un aumento de precios bajo, los trabajadores reciban un pequeño aumento en su salario. En realidad, lo importante para el bienestar económico de los trabajadores es el salario real. Es decir, si los salarios aumentan más o menos que la inflación. Por ejemplo, en Venezuela se dio recientemente un aumento de 10% en el salario mínimo, pero la inflación del 2013 fue de más del 50%. En ese caso, hay una caída en el salario real.
En Costa Rica, el salario mínimo ha aumentado 14% más que la inflación en los últimos cinco años. Como la mayoría de los salarios se ajustan a un ritmo parecido al decretado para el mínimo, el salario real promedio de los trabajadores formales –los reportados a la Caja– también ha crecido en una proporción similar durante este periodo.
Esto se ha dado por dos razones. Primero, el tener inflaciones anuales más bajas ayuda. Antes se usaba la inflación pasada para calcular el aumento salarial, y ahora se usa la proyectada por el Banco Central. Como en estos años la inflación real ha sido menor que la utilizada en el cálculo en la mayoría de los años, el aumento real ha sido positivo. Por eso, los trabajadores han salido beneficiados. Segundo, durante la administración Chinchilla se adopta una nueva fórmula de ajuste de salarios mínimos que incorpora el crecimiento de la producción. Esto ha llevado a que el salario mínimo aumente más que simplemente el costo de vida.
Sin embargo, hay que tener claro que estos aumentos de salarios en términos reales hacen que la producción nacional sea más cara. Si le sumamos el efecto de la revaluación del colón, cuando se expresan en dólares, los salarios han aumentado 50% en los últimos cinco años. Como no ha habido un incremento de productividad en esa proporción –cosa muy difícil–, el país ha perdido competitividad.
De ahí que la noticia de que la inflación sea baja es buena. Con esto, los salarios de los trabajadores mantienen mejor su valor real. Pero, además, permite que los costos de producir en el país no suban tanto, mejorando la competitividad.