Lo sucedido en las elecciones municipales del domingo puede “leerse” de formas tan múltiples como lectores existan. De las más frecuentes que he oído (o pensado) escojo tres particularmente interesantes, junto a una conclusión indispensable. Aquí van.
Primera lectura: la partidista nacional. El resultado para las alcaldías indica que el ranquin de partidos lo conforman –en este orden– Liberación, el PUSC, el PAC y algunos “otros” muy debilitados. De estos, Nueva Generación (tres alcaldías), el PASE (dos), el Frente Amplio y el Republicano Socialcristiano (una cada uno) tienen aspiraciones nacionales.
Supuesto: la lucha electoral del 2018 tenderá a definirse entre los tres primeros, con enorme ventaja del PLN.
Segunda: las personalidades contaron más que los partidos. Johnny Araya en San José, Néstor Mattis en Limón y Gilberto Monge en Mora hicieron (o alquilaron) casa aparte y retuvieron o reconquistaron sus puestos al margen de Liberación. Y Rolando Méndez, en Vázquez de Coronado, no el Republicano Socialcristiano, explica que el partido de Rafael Ángel Calderón no quedara en cero.
Supuesto: podría surgir un meteorito con luz propia en las elecciones nacionales, que ponga en jaque a los grupos existentes.
Tercera: los partidos cantonales están estancados; su desempeño fue muy modesto, aunque les añadamos los cuatro alcaldes citados. Solo la Yunta Escazuceña y Curridabat Siglo XXI obtuvieron alcaldías. Gente, en Montes de Oca, fue una coalición de dos nacionales (PAC, FA, más otros menores).
Supuesto: los nuevos partidos, no importa su ámbito geográfico, difícilmente tienen futuro a mediano plazo.
Para valorar estas lecturas hay que considerar cinco hechos: lo inédito del ejercicio (primera escogencia simultánea de todos los cargos cantonales), el abstencionismo del 59% (enorme, aunque menor que en elecciones previas), los resultados para regidores, la singularidad de los temas y personalidades, y los segundos lugares de varias agrupaciones emergentes.
De lo anterior, a la vez, surge una conclusión contundente: aunque las señales del domingo son importantes, extrapolarlas linealmente, como guía para el 2018, es aventurado. Es decir, las tres lecturas hay que tomarlas con varios granos de sal.
(*) Eduardo Ulibarri es periodista, profesor universitario y diplomático. Consultor en análisis sociopolítico y estrategias de comunicación. Exembajador de Costa Rica ante las Naciones Unidas (2010-2014).