La generación de empleo se ha constituido en uno de los principales problemas económicos y sociales del país. La última encuesta del INEC ubica el desempleo en 9,7%. Uno de cada diez costarricenses que quiere trabajar, no consigue empleo. En el ultimo año, el número de costarricenses ocupados que tenían trabajo disminuyó en 30.000. Es decir, en lugar de avanzar, retrocedimos.
Cada semana se escucha de empresas que cierran sus puertas y dejan a cientos de personas sin empleo. En algunos casos, los cierres se dan por razones de negocios, como parte de la competencia que debe existir en los mercados. Las compañías más eficientes y que satisfacen en mayor medida a sus clientes son las que sobreviven. Pero, cuando se observa que hay más empresas cerrando que abriendo, y que desaparecen más trabajos de los que se crean, hay algo que no anda bien.
En términos económicos, se puede decir que los empresarios –grandes o pequeños– están encontrando que es más caro producir en este país que en otros. En general, el que exporta se percata de que sus competidores lo pueden hacer en forma más barata, y quien produce para el mercado local encuentra que los productos importados cuestan menos.
Ahí caemos de nuevo en los aspectos de competitividad, en los que tanto se ha insistido durante los últimos años. Para poder generar empleos, el sector productivo necesita condiciones apropiadas para fomentar la inversión y la producción locales: hablamos de la calidad de la infraestructura, del costo de la electricidad, de la manía de poner trámites y trabas a los negocios, del alto margen de intermediación, y de la falta de fomento a la innovación y el emprendimiento.
También están los aspectos que limitan la calidad de los trabajadores. La alta deserción de muchachos en secundaria no permite que una gran cantidad de jóvenes obtengan las suficientes capacidades para poder ser “empleables” en un mercado laboral cada vez más sofisticado. El nivel de desempleo para los jóvenes de entre 15 y 24 años es cuatro veces mayor que el promedio nacional. Como dijo el ministro de Trabajo, eso es un “drama nacional”.
Por eso, urge aumentar el número de jóvenes que se gradúen de secundaria hablando bien el inglés, sabiendo manejar una computadora, con suficientes capacidades para ser admitidos en las universidades, y con un mayor espíritu emprendedor. También se requieren más técnicos graduados de los colegios técnicos profesionales y de los programas del INA.
En fin, queda mucho por hacer para aumentar el empleo nacional.